El Rocky Mountain National Park es un parque situado en el estado de Colorado. Abarca una pequeña sección de la cordillera de la que recibe su nombre, la cual se extiende de norte a sur de los Estados Unidos desde Canadá hasta Nuevo México.
Tiene un total de 1076 km² que en su mayoría se encuentran por encima de los 2.500 m de altitud. Su monte más alto es el Longs Peak con 4.346 m de altura. Sus valles, de origen glaciar, están cubiertos por bosques de pinos, aunque también tiene grandes praderas, así como lagos y ríos.
El punto más elevado al que se puede acceder con coche son 3.713 m y justo en esta zona nos encontramos con este macho de Elk.
En esta zona debido a la altura los árboles desaparecen y dejan paso al ecosistema de tundra; también hacen su aparición los neveros que no han desaparecido a pesar de encontrarnos en pleno julio. Este punto se encuentra aproximadamente a la mitad del recorrido de la carretera que atraviesa el parque llamada Trail Ridge Road que cubre unos 75 km de distancia.
Nosotros accedemos al parque por el este, por la población de Estes Park y lo primero que advertimos es que hay una gran cola para entrar y la carretera está muy atascada. En este punto se pueden coger autobuses gratuitos que te llevan a los principales, pero decidimos atravesar en coche para continuar luego hacia nuestro destino del día. Como siempre utilizamos nuestro pase anual; la entrada son 20$ por vehículo y da para siete días consecutivos.
Nuestra primera intención era tomar la carretera que va a Lake Bear y conocer la zona, pero está tan colapsada de coches que cambiamos de rumbo y tomamos la que va hacia Endovalley que termina en una zona de picnic donde aprovechamos para comer y dar una pequeña vuelta.
Un par de horas después estamos de regreso en la carretera principal, por la que vamos ascendiendo y parando en los distintos miradores. En una de nuestras paradas pudimos contemplar una enorme manada de Elks con más de medio centenar de ejemplares. El Elk es un ciervo de mayor tamaño que los que podemos contemplar en Europa, de hecho es la segunda especie más grande de cérvido solo superada por el alce.
Los animales están cruzando de un lado a otro de la carretera y los guardabosques la tienen cortada en ambas direcciones.
Algunos de los ejemplares están parados en la calzada con lo que la fila de coches a lo largo de la carretera se va haciendo cada vez más y más larga. Por suerte todo ha sucedido cuando nosotros estábamos aparcados en el área del mirador y podemos contemplar la escena cómodamente y esperar paseando sin sufrir el atasco. Los guardas no hacen ningún gesto ni azuzan a los animales , que se tiran su buena media hora en pasar de un lado a otro.
Una vez restablecido el paso continuamos hasta un área llamado Coyote Valley Trailhead y allí aparcamos de nuevo para volver a caminar unos kilómetros, esta vez por la zona más baja del parque formada por extensas praderas.
Vamos por un sendero de tierra siguiendo el Colorado, que a esta altura aún es un pequeño río.
Estamos ya muy cerca del punto en el que la carretera sale del parque y apenas nos queda una hora más para disfrutar de este bello lugar, pero la suerte aún nos tiene deparada otra sorpresa. En nuestro paseo nos encontramos con dos ejemplares hembra de alce, un animal que llevábamos tiempo soñando con ver y aquí en las montañas rocosas se hacía realidad.