Revista Ciencia

Parques eólicos

Por Davidalvarez

Parque eólico marino en la costa danesa

En los últimos años se ha producido un notable incremento en el número de instalaciones eólicas en nuestro país. Los molinos que hace pocos años eran figuras anecdóticas en el paisaje ahora ocupan cientos de kilómetros de nuestras sierras y parece que esto sólo es el principio. Sólo en Asturies está previsto instalar 40 nuevos parques eólicos antes de 2015, después de que el gobierno regional levantara la moratoria sobre este tipo de instalaciones que estableció en 2001.
Resulta evidente que es necesario cambiar el modelo energético actual, basado casi exclusivamente en el consumo de combustibles fósiles, un modelo muy contaminante y que necesita recursos no renovables que más tarde o más temprano se agotarán, mientras que nuestras demandas energéticas cada vez son mayores. Por el contrario, las energías obtenidas a partir del viento, el sol o las mareas suelen recibir el nombre de energías renovables ya que al contrario que las obtenidas a partir de los combustibles fósiles, son inagotables. Pero además de renovables, estas energías suelen ser "vendidas" tanto por las compañías eléctricas como por los políticos como "energías alternativas", lo que implicitamente indica que el uso de este tipo de energías es una alternativa al uso de las energías "no renovables", o sea, que la construcción de centrales eólicas o solares debería ir aparejada al desmantelamiento de las numerosas centrales térmicas altamente contaminantes.
Central de ciclo combinado

Pero la realidad es muy distinta y mientras que los parques eólicos aparecen como setas en otoño, las centrales térmicas no sólo no se desmantelan sino que se siguen construyendo, como ocurre en Asturies, donde está previsto inaugurar varias centrales de ciclo combinado entre este año y en los años venideros. Y todo esto ocurre en una región que desde hace tiempo produce mucha más energía de la que consume y que actualmente pretende construir varias líneas de alta tensión para vender esos excedentes a costa de un tremendo impacto ambiental. Estos hechos parecen demostrar que detrás de las energías alernativas se oculta un negocio muy lucrativo para muchas empresas, que además está subvencionado por el estado y que no parece que a corto y medio plazo vaya a mitigar los problemas de emisiones de CO2 que produce el uso de combustibles fósiles.
Por otra parte habría que añadir que de la misma manera que la energía eólica es una energía limpia porque no produce residuos, no se puede decir que sea inocua, ya que tanto los molinos como las infraestructuras asociadas a los mismos (pistas, cableado, edificios, etc) producen un importante impacto tanto sobre el paisaje como sobre el ecosistema y la fauna y flora asociada.
Tal como comentaba al principio, en los próximos años está previsto abrir 40 nuevos parques eólicos terrestres sólo en Asturies, una región de poco más de 10.000 km2. Estos parques ocuparan la mayoría de sierras y cordales de nuestra geografía y además de en tierra ya se ha previsto rodear el litoral de la península de molinos marinos. Y Asturies va a ser el banco de pruebas para esa tecnología en nuestro país, ya que las obras para su instalación comenzarán este mismo año y se prevé que estén terminadas en 2011.
Zonificación de áreas eólicas marinas en España

En la mayoría de las ocasiones la instalación de parques eólicos suelen pasar evaluaciones de impacto ambiental no demasiado exigentes y debido al apoyo de numerosas asociaciones ecologistas internacionales, como Greenpeace, gran parte de la opinión pública piensa que no producen ningún impacto en el medio, cuando esa no es la realidad. Estos parques tienen impacto dependiendo del lugar donde se ubiquen, y ese impacto ha quedado demostrado en aquellas zonas donde las concentraciones de aves son elevadas durante ciertos periodos del año, como por ejemplo en el estrecho de Gibraltar, donde en unos pocos kilómetros se concentran durante unos meses la mayoría de las aves migradoras que pasan hacia África o regresan hacia Europa para reproducirse en primavera. Lo mismo ocurre en la mar, ya que tal como se ve en el mapa de zonificación eólica, las zonas potenciales en las que se podrían ubicar estos parques comprenden prácticamente todo nuestro litoral (zonas verdes y amarillas) y tal como vimos en este mismo blog, nuestras costas son las vías por las que emigran millones de aves marinas todos los años. Y estas aves se encontrarán con las aspas de los molinos durante su viaje y muchas de ellas perderán la vida, tal como ocurre con las rapaces planeadoras, como podemos observar en el siguiente video.

Lo que parece evidente es que actualmente las energías eólicas no están siendo la alternativa al uso de combustibles fósiles, ya que a pesar de haberse incrementado exponencialmente su número, las centrales térmicas no se están eliminando gradualmente e incluso se están construyendo muchas más. Por otra parte, las eólicas son energías limpias pero no inocuas, y por lo tanto la instalación de un parque eólico debería pasar por una estricta evaluacion de impacto ambiental, evitando los lugares sensibles. Como comentaba Manuel Martín-Vivaldi en el numero 286 de la revista Quercus, a nadie se le ocurriría instalar un molino eólico en la Alhambra de Granada, aunque las condiciones del viento fueran inmejorables, entonces, ¿por qué no nos planteamos las mismas restricciones a la hora de instalarlos en lugares de elevado valor paisajistico o ecológico?
El cambio de modelo energético no debe pasar por un aumento de producción de energía, sea la que sea, sino por un uso racional de la misma, reduciendo y optimizando nuestro consumo.


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