Otro día más, despertamos con una noticia perturbadora sobre el Partido Popular valenciano. Otro día más, despertamos con una noticia perturbadora sobre el Partido Popular valenciano. ¿Estatuas millonarias de una patata oxidada? ¿Parques temáticos en valles calcinados accidentalmente? ¿Una señora gritando improperios en el Congreso? ¡No! No vamos por ahí, amigos, no olvidéis que éste es un blog sobre publicidad y, como tal, vamos a analizar lo sucedido desde el punto de vistade la cutrezpublicitario.
Hete aquí la noticia que se publicaba el pasado viernes en El Mundo: ‘El himno rock del PP contra la crisis’.
«Hemos pillao este código QR de Google Imágenes, ¡nos va el riesgo!»
El asunto que se menciona en texto de que «El tema huye de cualquier controvertido cliché asociado hasta ahora a la cantera del PP» es en un principio lo que más podría habernos parecido más importante, pero si nos paramos a pensar ya está remasticado el debate de que los gustos rockeros sólo atañen a personas de izquierdas, y más después de toda la absurda polémica por la declaración de simpatías políticas de Russian Red (qué sorpresa, ¿eh?) y de que el señor Ignacio Wert se declarase más fan de Dover en sus inicios grunges que una servidora.
Pero lo cierto es que llama la atención lo que recurre la marca PP (en este caso, PPCV) al recurso de las canciones como acción promocional. A raíz de comentar la noticia con un amigo, he conocido dos casos más de canciones que hizo el partido como parte de sus campañas electorales en diferentes municipios, tanto de Valencia como de fuera. Ha sido entonces cuando he caído en un bucle de descubrimientos hasta el punto de ver necesaria la tarea de preparar una pequeña recopilación de los greatest hits peperos, mientras comentamos la efectividad (o no) de este tipo de acciones publicitarias.
Lo cierto es que el De ésta salimos, que se presentó con motivo del Congreso Regional de NNGG de hace unos días, no es el primer coqueteo con el rock que han tenido los populares, pues el pasado año dentro de la campaña Súmate al cambio (también #sumatealcambio, mucho más moerno) de Castilla y León se compuso una canción homónima.
La base es: melodías pegadizas + letras tan ambiguas como para que no dé vergüenza del todo llevarla en el iPod. No está mal. Veamos otros ejemplos, all over the country, porque aquí viene lo mejor: se han atrevido con todos los estilos.
Así, en 2008, para las Autonómicas de Andalucía se presentó el tema aflamencado (ya sabes, Andalucía = Flamenco ¿no? Arsa que sí) Música para el cambio, del grupo Materia Prima; mientras que para la reflexión del pasado año, en Granadilla de Abona (Canarias) se optó por este rap. Al fin dos dedos de frente: si algo nos ha enseñado estudiar tantos años las entrañas de la publicidad es que para llegar al público joven hay que cantar un rap, ponerse una gorra de medio lao y cerrar con un buen eslogan —a ser posible en idioma sms— en tipografía Graffiti. Ouyea.
Uno de los que más me perturbó personalmente, por afinidades musicales supongo, fue la espectacular entradilla ska y los coros loloró finales de un tema con un título tan inquietante como ambiguo, Revolución popular, presentado en 2008.
Ahora, volvamos al sur, para aseverar que ¡no! ¡no todo en Andalucía es flamenco! La campaña de la candidata Esperanza Oña a las municipales de 2007 está en mi Top 3 de éxitos. Éste es preciso verlo con videoclip:
¿No os han entrado unas ganas irrefrenables de empadronaros en Fuengirola?
Luego hay otro ejemplos que no sabría con qué estilo catalogar. En este caso son versiones… ehm, digamos curiosas. Los montajes visuales también dejan entrever un presupuesto y profesionalidad abrumadores. Tenemos el caso del candidato popular de Silla, a.k.a. cuando oigas esto lo cantarás TODO EL DÍA; y, mi favorito, Alejandro Fernández meets Lady Gaga, aspirante a alcalde de Tarragona.
Para darle algo de imparcialidad al asunto, observamos que la canción electoral no es algo exclusivo de los populares. También podemos encontrar el exitazo de ventas de UPyDtitulado en una borrachera de creatividad ‘El rap de Toni Cantó’, y otros, que no llegaron a salir en la radio más tímidos, pero que estar están, como el rap (¿veis como el estilo es infalible?) de Los Verdes o la canción ligera de los socialistas. Pero, sin duda, ninguno tiene tanto bagaje musical en sus acciones propagandísticas como el PP.
A debate:
¿Hasta qué punto son estas campañas efectivas?
¿Es intencionada la vergüenza ajena que producen algunas, buscando la repercusión a toda costa?
¿Puede una acción aislada como éstas afectar negativamente a la imagen del partido, cargándose la calidad, rigor y estrategia que conlleva una campaña electoral?
¿Creen de verdad que los jóvenes son tan fáciles de enganchar/tienen tan mal gusto musical?
¿Realmente alguien llegó a ponerse en el móvil el politono tecnopop del himno del PP?
¿Veremos en las próximas municipales una colección de albaes a Rita Barberá?
Y, lo más importante, ¿cómo demonios se llama el de Silla?, ¿Serafín o Simeón?