Soy de los que piensa que la Liga española pierde calidad y por tanto competitividad cada año. El partido de anoche entre el Barcelona y el Sevilla demuestra que mi opinión es cuando menos discutible. Y esto es algo que me alegra.
El Sevilla se presentó en el Camp Nou mostrando en lo que se ha convertido, un magnífico equipo convencido de sus posibilidades. Once jugadores que van a muerte con las ideas de su entrenador llevando la presión al borde del suicidio.
Despliegue físico de un colectivo donde hay nombres al nivel de los más grandes. Centrales con Diego Carlos y Koundé que tiran la línea a la perfección. Especialmente el segundo fue un espectáculo tanto en su área como en la contraria donde Frenkie De Jong fue incapaz de ganarle un balón aéreo.
En el medio Fernando mostró su mejor versión, como suele ser la tónica ante el Barsa, equilibrando al equipo. Por la banda derecha se jugó a lo que quiso Jesús Navas sumándose en cada ataque sin importarle su carnet de identidad. En ataque se vio a Ocampos bastante cansado pero ahí estaba Luuk de Jong que corrió por lo dos.
(fuente: as.com)En definitiva el Sevilla mostró su mejor versión. Lástima que a este equipo le falte un delantero centro para aspirar a lo máximo. Sólo una Liga con un campeón con pocos puntos podría darle una remota posibilidad. Mientras eso sucede, lo que está claro es que a día de hoy es una pieza de toque que siempre compite.
En cuanto a los locales, partido correcto sobre todo teniendo en cuenta el esfuerzo de Balaídos. Por momentos faltó rapidez en la circulación de balón lo que hace intuir que la entrada en el once inicial de Pjanic es cuestión de tiempo. En principio este cambio deberá ser por Busquets pero si De Jong se muestra igual de impreciso que ayer quizás sea él el sacrificado.
Sacrificio supone también ponerse delante de la televisión para ver el sufrimiento de Antoine Griezmann, jugador que recuerda en ciertos aspectos al error que supuso en su momento traer a Arda Turan. El turco no tenía sitio ya que su posición era la de Neymar. Con el francés pasa lo mismo pero con Messi. Griezmann carece de desborde por lo que al colocarlo en banda apenas tiene influencia en el juego. Su sitio es detrás del delantero. Vale que se desmarca y crea espacios pero esto no justifica su titularidad. En el poco tiempo en que Trincao estuvo en el campo se mostró mucho más incisivo. Veremos cuánto tarda Koeman en aceptar lo que todo el mundo ve.
Destacó también Araujo que realizó un gran partido mientras el Barcelona se pelea en los despachos por traer a Eric García, jugador que queda libre en tres meses. Igual sensación dejó Dest, pese a jugar en el lateral izquierdo demostró un desparpajo y despliegue técnico que le hacen apuntar al once titular.
En definitiva, un gran partido de tú a tú entre dos equipos que reveindican una Liga necesitada de buenas noticias.