⇒ Pasaje a Tahití
Autor: Eva García Sáenz Género: Novela histórica
Editorial: Espasa Publicación: Junio 2014ISBN:9788467041255 Precio: 19,90€
1890. Bastian y Hugo Fortuny parten a Tahití en busca de una oportunidad después de perder su trabajo como sopladores de vidrio en su Mallorca natal. Durante la travesía conocen a Laia Kane, la hija de un cónsul inglés corrupto en Menorca al que han desterrado a la isla de la Polinesia. Este encuentro marcará la vida de los hermanos Fortuny y de Laia para siempre.
1930. Denis Fortuny, el heredero del imperio de las perlas de lujo en Manacor, decide viajar a Tahití para averiguar el misterio que se oculta tras sus primeros años de vida.
Una historia épica de amor, superación, lazos familiares y secretos con el telón de fondo del Tahití colonial y el fascinante origen de las perlas cultivadas.
Eva García Saénz vuelve las librerías con "Pasaje a Tahití". Dos años después de su debut literario aún tengo vivo el recuerdo de la grata sorpresa que resultó ser "La saga de los longevos", logrando alzarse como una de mis mejores lecturas del 2012. Ahora nos propone una historia que se aleja mucho del libro anterior pero repite la misma fórmula: es peligrosamente adictiva.
La trama nos traslada a Manacor del año 1930, donde tiene lugar una reunión familiar que supone la antesala a un largo viaje al pasado. Denis, el primogénito y heredero del imperio de la fábrica "Perlas de Imitación Hugo Fortuny", se ve envuelto en una disputa con sus hermanos por la herencia y el misterio que rodea a su orígen. Este nos conduce a una apasionante relación triangular encontrando en sus vértices a dos hermanos mallorquines dedicados al vidrio que se ven obligados a emigrar por una crisis y a la hija del cónsul de Inglaterra, cuyos destinos se encuentran en un barco que pone rumbo a una nueva vida en Tahití en el año 1890.
"Ese <<antes>> y <<después>> que divide las biografías en dos"Mallorca, París o Japón son algunos de los enclaves de la novela, sin embargo, el protagonismo recae en la colonia francesa. El exotismo de Tahití se palpa en cada una de las páginas puesto que la autora esboza un hermoso retrato de su cultura y su gente incidiendo en los detalles de las tareas de la vida cotidina y los conflictos de aquel entonces. También en las pinturas de Paul Gauguien, artista francés muy presente en la historia que se inspiró en los nativos y los paisajes tropicales.
Los entresijos familiares con los que iniciamos la lectura guían en gran medida el hilo argumental. Encontramos secretos, traiciones, ambiciones, amores, pérdidas y una gran incógnita por resolver. De esta forma recorremos las aventuras y andaduras de los Fortuny con un telón de fondo muy atractivo como es la historia del cultivo de perlas. Me ha parecido muy original, innovador y refrescante, a la par que interesante y el punto culminante que embellece la narración. Creo que es un tema que nunca antes se había tratado en la literatura y ofrece una visión fascinante, tanto del proceso de recogida de las perlas naturales, una forma de vida, como del surgimiento del negocio de las de imitación. No cabe duda que detrás hay una gran labor de documentación.
El perfil de los protagonistas son otro gran acierto, especialmente en lo tocante a Bastian y Denis. Cada capítulo narra en primera persona sus respectivas vivencias y puntos de vista, junto a las de Laia, pero bajo mi opinión son los dos primeros los que imprimen más carácter y fuerza a la trama. Bastian destaca por ser un hombre noble, nómada, luchador y un ejemplo de superación. Es muy acertada la cita de Isak Dinesen que introduce el libro y tan bien representa a Bastian: "El dolor es mi elemento y el odio es el tuyo. Podéis hacerme pedazos. No me importa". Él y la relación que lo une a su hermano, a Laia, su madre adoptiva o a las ama (mujeres buzo) son los pilares básicos. Pero Denis tampoco deja indiferente y se alza como un joven inteligente que comparte su fuerza, su lucha y un marcado lazo familiar.
Se trata de una novela muy visual y ágil de leer pero si además le sumamos la sensibilidad con la que escribe Sáenz, poniendo palabras o gestos a las emociones de los personajes y creando escenas que transmiten sin anestesia las mismas, es difícil no empatizar y vivir la historia como propia. Por tanto, una vez más Eva García Sáenz ha demostrado su valía y talento narrando, además de una versatilidad admirable.
"Tu paraíso no era mi paraíso"En definitiva, "Pasaje a Tahití" es paraíso y es infierno. Un destino que se concibe como la tierra de las oportunidades finalmente resulta el pasaje a un viaje con luces y sombras. Espero expectante a la próxima obra de Sáenz.