Philippe Parreno, Marilyn, 2012, Film Still, Courtesy Pilar Corrias Gallery and Fondation Beyeler
Philippe Parreno es en la Fundación Beyeler el mago tras la cortina que orquestra la idea de exposición entendida como espectáculo de magia. Una especie de "pasen ustedes y vean" a modo del primer cine que lejos de la voluntad narrativa que adoptaría después, nació como entretenimiento de feria teniendo por máximo reclamo la capacidad de invocación fantasmagórica: mostrar una imagen en movimiento. Es habitual en el trabajo de Parreno entender el formato exposición como una experiencia expandida, dilatada en el espacio y en el tiempo, en el caso de los dos trabajos presentados en la Fundación Beyeler Marilyn y Continously Habitable Zones ambos conceptos se extienden más allá de las salas del museo. Ya en la entrada entre los magníficos nenúfares del estanque que circunda el edificio de Renzo Piano, otra especie de nenúfares aparecen y desaparecen por efecto de la vibración sonora de unos altavoces sumergidos en el agua que reproducen el sonido de Continously Habitable Zones, un film que muestra un bosque artificial oscuro y negro que parece escapar de su espacio original para emerger a través del agua adoptando una nueva forma que se relaciona tanto con el entorno natural del jardín acuático como con el cuadro de los nenúfares de Monet, en muestra en el interior del museo.Philippe Parreno, Marilyn, 2012, Film Still, Courtesy Pilar Corrias Gallery and Fondation Beyeler
Una sala con dibujos de este bosque fantasmagórico y unas cartas sobreescritas de forma obsesiva sirven de preludio al extraño mundo al que nos adentraremos en el piso inferior de la fundación. A falta del humo como elemento anunciador de lo improbable, nos dan la bienvenida al espectáculo las típicas marquesinas de luces de Parreno y una vez dentro se materializa la presencia de un fantasma que fue víctima de la capacidad del cine para crear imágenes y sueños. Vemos lo que ven sus ojos, oímos su voz mientras recorre los detalles de un espacio que su cuerpo un día habitó, una habitación del Hotel Waldorf Astoria, y nos parece verla al observar el ritmo de su caligrafía nerviosa sobre el papel. Es Marilyn, o mejor dicho su invocación desde elementos que reconstruyen su presencia sin reproducir su imagen, conduciéndonos paulatinamente en un loop a una sensación de extrañeza y misterio que acaba desvaneciéndose en un travelling que desvela el truco del mago, la puesta en escena y el robot que ha hecho posible que por unos minutos Marilyn estuviese allí. Parreno juega con la idea del arte como artificio, dos criaturas construidas, el fantasma de Marilyn y el bosque negro que nos acompañan más allá del espacio expositivo en un DVD que podemos llevarnos a casa para revivir en otro lugar a esos dos seres, ¿eternamente? no, el arte y los fantasmas son efímeros, tras su primer visionado la obra se autodestruye.Philippe Parreno, hasta el 30 de septiembre de 2012
FONDATION BEYELER
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Suiza