Últimamente no estaba yendo tanto como de costumbre a descubrir lugarcitos sencillos pero agradables, ideales para pasar un rato tranquilo comiendo algo rico... creo que desde esta época... se nos fueron las ganas, y todavía no volvieron del todo...
El domingo fui hasta el hotel Craft, donde trabaja N., y después de mirar el lugar (muy lindo y original, por cierto) y de chusmear un rato, recorrí los alrededores de la plaza buscando este lugar que sabía que estaba por ahí cerca.
Por suerte N. me había dado uno de esos mapitas palermitianos que tienen la mayoría de los locales de la zona, así que no me costó mucho encontrarlo.
Pierina Tea House. Pierina es un nombre familiar. Es una de las casas de los tíos abuelos más frecuentadas en nuestra niñez... los padres suelen tener tíos preferidos a donde te llevan mucho, no? y además, las familias de antes, de tantos miembros, nunca vivían en el mismo lugar. La casa de Pierina y Berna era de las más cercanas.
Y esta casa de té parece una casa de tía vieja: llena de adornos rococó, vajilla de esa que viajo en el barco, mucha florcita, florerito, cosas ricas, horno prendido con olores de casa de familia que recibe un domingo para el té.
Una cosa todavía no encontré en estos lugares, y que en las casas de mis tías abuelas que más frecuentaba nunca faltaban: las agarraderas de crochet... quizás están, pero no las veo!
El rato que estuve ahí para tomar mi submarino con scones de queso con queso crema y sésamo (riquísimo), se la pasaron horneando algo... olor a bizcochuelo de fin de semana recién salido, que te daban ganas de probar cada bandeja que venía de la cocina a través del patio al mostrador.
Un lugar muy cálido y agradable, para tomar un té, desayunar y hasta almorzar.