Hay cosas en nuestras propias ciudades que nunca hacemos, y como turistas son de las primera en la lista.
En Buenos Aires, en el barrio de Caballito, hay un clásico paseo en tranvía. Esa fue la salida familiar de mi sobrina este fin de semana.
Y después de ver las fotos y de que me contaran la experiencia, me quedó en agenda para hacer en algún momento, y no dejar esas clásicas joyas que tenemos a la vuelta sólo para las veces que somos turistas.
Este año empecé por probar nuevos lugares donde comer, de a poco voy a ir incorporando estas cosas más olvidadas.
La cuestión es que los primos y sus papás fueron a dar esta vuelta. A la tardecita C.A.I. apareció con un tranvía souvenir y toda la explicación de como funcionaba: distinto al tren y distinto al subte.
Preparada para cumplir con el primer pedido de galletitas del año, quería mostrarle a sus compañeritos de jardín su experiencia del fin de semana, así que vino con una idea propia de lo que quería hacer: galletitas de tranvía.
Entonces deje de lado mi idea de juntar el pedido del jardín + la receta de cookie carnival, y volvimos a las clásicas pero más aceptadas por los chicos galletitas de manteca.
El problema era: como hacemos tranvías! Lo único que aparecio en mi caja mágica fue un colectivo, que con todas sus ventanillas de costado era lo q mas se parecía.
Así que esta vez, acompañada de su otra tía, hizo sus tranvías, dándole instrucciones: «porque P. no sabe hacer galletitas Juli!».
Después de un día agitado con sus 3 tías,1 en tranvía, 1 cocinera y otra supervisando la cocina (esa soy yo!), se fue a su casa con su bolsita de galletitas y su historia del tranvía para compartir al otro día en el jardín.