Los
psicólogos hablamos mucho de la autoestima
y lo hacemos porque es una parte fundamental en la felicidad, sin autoestima es
muy difícil por no decir imposible que exista felicidad. La autoestima es todo lo
que pensamos y sentimos sobre nosotros, todas esas ideas, percepciones o
evaluaciones sobre “todo nuestro yo”. Y en “todo nuestro yo” incluimos todo,
nuestra personalidad, nuestra manera de comportarnos, nuestro cuerpo, nuestra
mente, nuestros pensamientos, nuestras emociones y nuestro comportamiento.
Es
verdad que hay autores que distinguen entre autoconcepto (que sería la imagen que tenemos sobre nosotros) y la
autoestima (que sería el valor que damos a esa imagen), pero aquí voy a
equiparar ambos términos e incluso les voy a añadir un punto: cómo nos tratamos. Por lo tanto voy a
hablar de autoestima como el conjunto de emociones, pensamientos y
comportamientos que tenemos entorno a nosotros.
Para
ser felices no basta con conocernos y valorarnos sino que es necesario demostrarnos que nos
queremos. Seguro que habéis oído que no basta con querer a alguien, que es
necesario demostrárselo, que el cariño le llegue a esa persona. Pues cuando
estamos hablando de amor a uno mismo también es necesario demostrar ese amor.
¿Qué pensaríamos de alguien que dijera que quiere mucho a su pareja pero no
encontrara tiempo para estar con ella? ¿Si dijera que le quiere mucho pero no
se lo demostrara? ¿Y si dijera que le quiere mucho pero no se lo dijera?
Para
demostrarnos mucho amor lo primero es dedicarnos tiempo. Hay personas que tiene
alergia a estar solos pero es algo que nos puede ayudar a conocernos más y a
disfrutar más de nosotros. No se trata de estar mucho o poco tiempo sino de
estar regularmente con nosotros mismos, sin obligaciones, sin trabajo. Y
disfruta, hazte disfrutar, haz lo que quieras y lo que desees. Demuéstrate que
te quieres.