Revista Cine
Passengers (Morten Tyldum, 2016. EEUU): visual y estéticamente deslumbrante (su diseño es, en honor a la verdad, imponente) pero temáticamente paupérrima incursión de ciencia-ficción firmada por el responsable de la académica aunque simpática The imitation game (descifrando Enigma, el noruego Morten Tyldum. Una nave espacial gigante va de camino a un planeta distante convertido en colonia humana. Miles de personas van a bordo de dicha nave, todos hibernados, pero el impacto de un meteorito despertará a uno de los pasajeros (Chris Pratt) casi un siglo antes de tiempo, con la putada que eso conlleva. Pasará sus días hablando con un robot-barman (Michael Sheen, lo más cercano a un acierto en la película) y disfrutando de los lujos que ofrece la nave, hasta que se harta de esa situación y decide condenar a alguien más (Jennifer Lawrence), para que le haga compañía. Y evidentemente despierta a alguien atractivo, como haríamos tod@s. Intenta agarrar y abarcar un millón de variedades y posibilidades del mencionado género fantástico (así como el mismísimo Génesis de la Biblia) sin sacar (verdadero) partido a ninguna. Dos sosos (sosísimos) protagonistas, Lawrence y Pratt, ponen el gancho para atraer a las masas. Sin profundidad alguna, decir que es irregular es ser benévolo.