Unos fideos chinos agridulces de pollo. Un plato como los del chino pero más sabroso y sobre todo muchísimo más ligero. La mezcla de estos ingredientes da un resultado ¡para chuparse los dedos!
Decir que he estado subiendo pocas recetas esta semana pasada porque estaba en Denia disfrutando de unas vacaciones con mi madre. Estábamos en un hotel con una piscina preciosa y que, aunque su buffet era bastante cutre, lo demás estaba muy bien. Primero al llegar tuvimos la suerte de que no quedaran habitaciones con terraza y, como la habíamos solicitado, nos dieron una suite que tenia cocina y salón así que la mayoría de los dias cenamos en la habitación tostitas de paté o de tomate y jamón.
El buffet era bastante soso, no tenía casi nada para elegir y lo que tenía no solía gustarme mucho, por lo que las ensaladas y en ocasiones algún tipo de carne, fueron mi salvación. He de decir que las costillas estaban riquísimas y que me apunté una receta de bacalao sencilla que haré otro día en mi blog.
Eso sí, el mejor día que comí fue cuando fuimos a un restaurante a pie de playa y comimos un arroz con bogavante caldoso. Decir que estaba delicioso es quedarse corto. Realmente relamí cada parte del bogavante, que te ponían en generosa cantidad. Oye, ¡que no todos los días se come un arroz como este! Eso sí, casi agredo a mis vecinos de mesa con algún trozo de bogavante, (muy pijos y remilgados con sus gambas rojas y sus platos de mas de doscientos euros) y es que, eso de abrirlo con las pinzas no es lo mío.
Con lo que me gustan los buffets de los hoteles por los postres y decepcionada me quedé cuando casi siempre eran tartas de nevera o natillas en polvo. Eso sí, mi madre da saltos de alegría por ello porque así no hemos venido con muchos kilos de más, tan típico cuando uno va a buffets a cebarse.
De mañana estábamos en la playita, eso sí yo iba del agua a la sombra y de la sombra al agua porque hacía un calor que no es normal. Y bueno, me he pasado los días leyendo, he leído en 5 días 5 libros. Que me hace mucha gracia mis amigos diciéndome que vaya vacaciones leyendo tanto, que eso no son vacaciones... como se nota que ellos no saben el placer que es leer en la playita o en la piscina con la brisita.
Por las tardes y noches se levantaba un airón que nos era imposible casi hacer nada, un poco de piscina y para el hotel. Solo un día pudimos disfrutar de tomar un mojito de fresa natural que estaba delicioso. Eso sí, imaginaros la cara de la camarera cuando la pido un mojito sin alcohol y con sacarina. Como dicen mis amigos, ¡Vaya fiestón te vas a pegar!
Las risas allí fueron muchas entre el puerta que parecía un armario empotrado y no parabamos de pensar en cuantas veces nos levantaría en el aire hasta la gogó que surgió de la nada medio en bolas y una niña pequeñita la imitaba enfrente quedándose en braguitas, lo que provocó muchas risas, incluidas las de la propia gogó.
En definitiva, un viaje muy diferente al de Cádiz (que os contaré otro día de estos) con mis amigas pero que me ha servido para desconectar y relajarme, que ahora me toca estudiar el Lenguaje Humano así que me doy ánimo a mi misma que bien lo voy a necesitar.
Bueno y ya os dejo con esta receta muy sabrosa y sana que seguro que os gusta.
Ingredientes:BrócoliCaldo de navidad anetoFiletes de polloPiñaFideos chinosMaicenaAnacardos
Elaboración:
Pon en una sartén con un poco de aceite el brócoli. Yo lo puse congelado y tarda bastante en hacerse.
Corta el pollo y la piña en trozos pequeñitos. Es mejor así para que luego sea más fácil de comer.
Guarda el zumo de la piña en un cuenco para usarlo luego.
Pon los trozos de filetes de pollo en la sartén hasta que se doren bien.
Pon agua en una cazuela, con un poco de sal y aceite. Cuando hierva echa los fideos. Tardan unos 5 minutos en hacerse.
Cuando el brócoli esté bien tostado échale el pollo. Déjalo un rato así hasta que se mezclen los sabores.
Pon la piña en trozos en la sartén y mézclalo todo.
El siguiente paso es echar el caldo de navidad y el zumo de la piña.
Echa por encima un poco de maicena para que espese y baja el fuego.
Añade los anacardos a la sartén. Mézclalo todo y deja que la salsa espese un poco.
Luego añade los fideos chinos y lo remueves bien con una cuchara.
Emplátalo y tendrás un plato delicioso y agridulce.