Revista Cocina
"Bienvenidos a un nuevo post de este blog tan singular llamado nometoqueslosfogones. Salid todos al rellano de la escalera con vuestras chirulas y panderetas y decidle a todo pichichi que va a comenzar un nuevo post. Luego os vais al sofá, os ponéis la pantaloneta de leopardo, alejáis el mando a distancia y tomáis lápiz y papel para no perderos nada. ¡¡¡Viva Rusia!!!"
Y así empezaría este post si lo hubiese escrito el autor de la receta, el magnífico David de Jorge, Robin Food (o Robín de los vascos) acompañado de su mentor y colaborador Martín Berasategui.
Plato fácil, riquísimo y bastante rápido. Y su elaboración merece ser difundida por todo el mundo mundial dada su sencillez y posibilidades de variedad.
En nuestro caso, la hemos hecho con champiñones, y con un queso arzúa, además de uno de cabra semicurado rallado (que no aparece en la foto, cosas del directo).
Para dos almas:
- 100 gramos de jamón cortado en taquitos mini (0,5 cms...) - 4-5 champiñones hermosos (también cortados en minitaquitos) - Dos puñados de minimacarrón, o fideo de fideuà (el puñado es medida estándar internacional) - 50 grs. de mantequilla (dos nueces) - 50 grs. de queso muy graso (arzúa, brié, o similar) - 50 grs. de queso semicurado o tierno rallado - un puñadito de perejil (en la receta original, cebollino) - 1 pastilla de caldo (yo he usado de jamón) diluida en 1 litro de agua.
Vamos al ataque.
En una sartén hermosota, derretimos la mantequilla, y rehogamos la pasta en ella. Mucho ojo, no hay que dorarlos ni nada de eso. Se trata de que cojan un poco de calor y grasa de la mantequilla. Os advierto que la primera vez tosté la pasta y el resultado fue incomestible. Es un poco la técnica que se le aplica a un risotto.
Agregamos los champiñones, y salteamos brevemente. Lo dicho, muy poco tiempo porque la pasta se nos puede volver morena, y eso no interesa.
Agregamos el caldo que hemos preparado con la pastilla, hasta apenas cubrir la pasta. La gracia está en ir dejando que la pasta se quede sin caldo, y añadir más líquido conforme se evapora. Poco a poco. Aún así la pasta va a estar lista en no más de 10 minutos. Id probando hasta que la textura del fideo esté justo como os gusta, o un poco menos ya que nos faltan un par de minutos de preparación.
Ahora, con la pasta casi lista, añadimos los taquitos de jamón, y los mezclamos bien con la pasta. No lo hemos hecho antes para que el jamón no suelte demasiada sal en nuestra sartén. El fuego, muy bajo.
Añadimos el queso semi o tierno rallado, y el graso a láminas. Lo vamos deshaciendo en nuestra pasta. Notaremos que al ir mezclando aparecen unas maravillosas hebras de queso en nuestra preparación. Sublime.
Para finalizar, añadimos la mitad de nuestro perejil muy bien picado, y lo mezclamos con la pasta. El restante es para espolvorear por encima, rematando además con un chorrito de aceite de oliva virgen extra.
Nota importante: NO hemos usado sal en ningún momento. Hay que pensar en la salinidad de nuestro queso, junto con el jamón serrano, y el caldo ligeramente salado que usamos para cocer. Normalmente no es necesaria sal extra.
Ahora, pensad en la infinidad de variantes que se puede hacer a esta preparación tan sencillita y sabrosa, con la que salir de los platos de pasta típicos.
Feliz platazo de pasta!!!