Revista Cocina
Cuando vi este pastel en el blog Kanela y limón me llamó mucho la atención, pero no me vi capaz de hacerlo, ya que me parecía muy difícil que un pastel hecho con una misma crema, se separara solo en el horno, (todavía no tengo mucha fe en el horno).
El caso es que este verano lo volví a ver y pensé ¿porqué no intentarlo?, y este es el resultado, creo que nunca he estado tan nerviosa por ver el corte de un bizcocho, y cuando vi que más o menos lo había conseguido...¡¡daba saltos de alegría!!.
Y es que no solo llama la atención por su aspecto, he de decir que está muy rico, tanto que en casa ha subido al número uno del ranking pastelero. Yo lo hice de un tamaño más pequeño y utilicé la mitad de cantidad de los ingredientes de la receta original, pero vosotros podéis amoldarlo a vuestras necesidades.
Ingredientes:- 4 yemas.- 4 claras a punto de nieve.- 500 ml. de leche tibia- 125 gr de mantequilla derretida y fría.- 140 gr de azúcar.- 110 gramos de harina.- 1 cucharadita de extracto de vainilla.- La ralladura de un limón.
Precalentar el horno a 180º y preparar el molde que vayamos a utilizar. En mi caso fue uno cuadrado
En un bol, batir las yemas con el azúcar y la esencia de vainilla, hasta que la mezcla sea una crema espumosa. Añadir la mantequilla y la leche, mezclar bien y añadir poco a poco la harina. Mezclar bien y agregar las claras, que habremos batido a punto de nieve, con movimientos envolventes.
Volcar la mezcla en el molde y llevar al horno. Hornear a 180º durante 10 minutos y luego bajar la temperatura a 160º y hornear durante 50 minutos más.
Dejar enfriar por completo (cogerá más cuerpo), y servir cortándolo en porciones. Si queréis podéis espolvorearlo con azúcar glas.
Espero que os haya gustado.