Revista Cocina
Hace muchos años, cuando visité el Reino Unido por primera vez, me aficioné a las patatas asadas. No había semana en que, permitiéndomelo mi economía de "estudiante pelada", no cayera una patata asada en mi descanso entre clases o en mi paseo de vuelta a casa.
Recuerdo cuánto las disfrutaba y cómo me calmaban el apetito, al tiempo que el espíritu. Porque este es un bocado, que podríamos colocar en lo más alto de la lista de comfort foods (ese término que tan de moda está en la actualidad y que no quiere decir más que comida casera, de toda la vida), entona espíritu y cuerpo a un tiempo.
A pesar de lo mucho que me gustaban, y que me gustan, hacía muchísimo tiempo que no las comía. Pero ultimamente me he vuelto a aficionar a ellas. Resultan sencillísimas de preparar y son una solución fabulosa para las cenas familiares. A todos nos gustan y cada cual le pone el relleno que quiere, personalizándola en la medida de lo posible. Son todo ventajas :)
De esta vuelta de las patatas asadas a mi repertorio gastronómico tiene la "culpa" Silikomart y su cocotte por hacer la tarea, si no más sencilla (cosa verdaderamente difícil), al menos bastante más rápida. Y es que las patatas asadas en el horno tardan los suyo en estar listas, más todavía si son de las grandes. Pero, si pre-cocemos las patatas en la cocotte de Silikomart en el microondas, reducimos los tiempos considerablemente, así como la factura de la luz ya que el horno sólo lo utilizaremos para los últimos minutos.
Poco hay que explicar sobre los ingredientes y el modo de preparación, así que no voy a contaros cómo hacer las patatas asadas de la manera en que suelo hacer habitualmente. Hoy toca simplificar, porque así es este bocado: simple como el asa de un cubo.
Comenzamos lavando bien nuestras patatas y pinchándolas con la punta de un cuchillo por toda su superficie para, después, introducirlas en la cocotte de Silikomart junto con una cucharada de agua. De ahí al microondas durante 12-14 minutos, volteando a media cocción.
Transcurrido el tiempo de microondas, retiramos la cocotte y dejamos que las patatas se atemperen un poco antes de abrirla. Ojo cuando retiréis la tapa porque el vapor puede producir quemaduras y no queremos que nadie se accidente, ¿verdad?
Cortamos láminas de papel de aluminio, suficientemente grandes como para envolver cada una de las patatas, y las pincelamos con aceite de oliva. Colocamos las patatas sobre las láminas de papel de aluminio, las sazonamos y las envolvemos bien. Introducimos las patatas en el horno, pre-calentado a 220 ºC, y cocemos durante unos 15 minutos. Para obtener una piel crujiente, retiramos el papel de aluminio y horneamos las patatas, a la misma temperatura, durante 5 minutos más.
Retiramos las patatas del horno, las cortamos por la mitad (o haciendo una cruz en la parte superior, como hacen en el Reino Unido), les añadimos un poco de mantequilla y, sobre esta, queso rallado, judías en salsa de tomate, salsa boloñesa o cualquier cosa que se os antoje.