Siempre y cuando sea de buena calidad, este derivado cárnico, que se elabora a base de hígado-normalmente de cerdo-, carne y especias, es una de las mejores Fuentes de nutrientes tan importantes como el hierro o el ácido fólico.
Piel hidratada desde el interior
Al preparase con hígado, el paté es uno de los yacimientos más abundantes de vitamina A. Este nutriente, aparte de mejorar la visión cuando la luz escasea, aumenta las defensas y ayuda a rehidratar la piel seca, siendo muy útil en casos de eccemas.
Niños más altos y atentos
Debido a su contenido en hierro-unos 50 gr aportan el 20% de la cantidad que requerimos a diario-, el paté de hígado mejora el nivel de atención de los niños y, gracias a su alto aporte de vitamina D, aumenta la absorción de calcio y su fijación en los huesos.
En la dieta de los mayores
Los derivados del hígado son una excelente fuente de vitamina B12 y ácido fólico. Estos dos nutrientes no solo reducen el riesgo de sufrir un ataque al corazón o un ictus, sino que también previene la pérdida de facultades mentales. Las personas con más riesgo de sufrir un déficit de estas vitaminas son las que comen poca carne por problemas de masticación, por ejemplo.
Disponible con menos grasas
La única pega de ese alimento es su riqueza en calorías (305 kcal por cada 100 gr) y su elevado aporte en grasas y en sal. Para disminuir tanto el número de las calorías como su contenido lipídico , te aconsejamos optar por las versiones "light".
La combinación perfecta
Al fin de reducir la absorción del colesterol presente en el paté de hígado, es buena idea untarlo en pan integral o de semillas. La fibra de estas variedades de pan se "une" a las grasas del alimento, eliminando parte de ellas a través de las heces.
EL DATO. Consumido de forma ocasional y en pequeñas dosis, el paté de hígado puede incluirse en la dieta de cualquier persona sana.