Pateando por ahí

El centro de Denver (Colorado, USA) tiene esa peatonal ideal para sentirse uno más, sin serlo. Más allá de que eso siempre sea algo que uno cree, pero que no sucede ni por un segundo. Todo tan ordenado y organizado. Sentarse a tomar una Coca y ver la gente pasar y saludarse con cara de publicidad de dentífrico. Porque allá se ríen también, pero a su modo.
Estar ahí por tema laboral me dió, por entonces, la oportunidad de ejercitar una especie de "retiro personal", uno de tantos, y como pocos. Tiempo solo, éso es raro; saber usar el tiempo en el que uno esta como suspendido de su propia vida por una semana. Pensar, mirar, verse como dentro de una película que no se esperaba protagonizar. Raro. Incluso uno no esta obligado a disfrutar, lo que paradójicamente hace a la situación más disfrutable, por así decirlo.
Y en el medio de todo eso estaba el local de Virgin, debajo de lo que parecía un centro comercial. Ahí me escapaba unas dos horas por día, y me colgaba mirando todos los cds, y comprando uno por día. Ése fue el juego que me propuse, para tener ganas de volver al hotel y escuchar relajadamente.
El primero fue "Thirteen Tales from Urban Bohemia" de los Dandy Warhols, lo recuerdo bien. ¿Referencias que tenía?, me gustó la tapa y algo que había escuchado por la radio. Después vinieron el de Beck, uno de Van Halen, otro de Queen (una edición aniversario de "News Of The World"), creo que uno de Jon Spencer, otro de Clapton. Pero el de los Warhols fue el primero y el que terminó siendo la música que me transporta a ese mundo con olor a "TGI Fridays" (los odio acá, pero allá fueron la salvación) y calles de asfalto extraño, de otro gris.
Recuerdo que un día lo puse en el "discman" (por entonces era la opción que competía con un mp3 recién nacido) mientras caminaba por la calle, y veía todo a través de la voz y la guitarrita de Courtney Taylor-Taylor (líder de la banda). Había un grupo de jóvenes pseudo linyeras-punks por elección propia; "chicos de plata cansados de todo" me dijo uno que andaba por ahí y que al ver que yo no era de ahí me empezó a contar la verdad de la milanesa. O su verdad. Una vez que me despegué del tipo seguí en mis propia explicaciones, y viendo todo desde mi argentinidad placenteramente ignorante; entre maravillado y también algo descreído.
También esta ese momento en que se empieza a hacer de noche, y la idea de Disneylandia va desapareciendo, para dar paso a esa soledad tan aséptica cuando estamos lejos y en una ciudad casi desconocida. El vacío se ve venir, y mejor enfilar para el hotel. Es algo difícil de explicar, pero al pasar los días la novedad se va y todo se vuelve conocido. Adaptación que le dicen, y me siento listo y expectante por volver a mi ciudad.
Ah, ¿de qué van los Dandy?. Bueno, es de esas bandas que me caen bien rápidamente porque me suenan a algo familiar, seguramente por lo descarado de sus afanos sonoros, aunque al mismo tiempo la suma de todo eso los hace diferentes, pegadizos, pero no al punto de llegar a ser olvidables. Éste disco del año 2000, en mi opinión, es lo mejor que han hecho.