Revista Cocina
"Para los amantes de la carne de pato". Eso es lo que pensé cuando probé esta receta. Tengo que decir que me gusta mucho el magret o el pato laqueado de la cocina oriental, pero reconozco que la salsita que acompaña al plato de hoy es deliciosa y aunque solo sea por eso ya ha valido la pena tomarse la molestia en hacerla.
En el conjunto predomina el sabor del anis estrellado y la canela. Dos especias que hay que usar con mucha moderación. No obstante unidas a la piel de naranja confieren a la carne un sabor fresco y diferente.
Ingredientes para 4 personas
4 muslos de Pato Barbarie fresco2 zanahorias pequeñas2 cebollas grandes (400 g)1 puerro (la parte blanca)1/2 vaso de moscatel (de los de vino)1 l. de caldo de ave desengrasadoLa piel de una naranja mediana1 rama de canela pequeña10 g de anis estrellado (1 o 2 unidades)16 ciruelas pasas sin huesoLimón2 manzanas Pimienta negraSalMantequillaAceite de oliva
Limpiar los muslos de restos de plumas, pieles, o grasa sobrante que pudieran afear la presentación del plato. Secar bien con un paño de cocina y salpimentar.
Dorar en aceite de oliva, a fuego medio, por los dos lados. Retirar.
Cortar la cebolla, el puerro, y la zanahoria. Sofreír a fuego lento hasta que se forme una mermelada de color dorado.
Añadir el moscatel, la piel de naranja (sin nada de blanco), y las estrellas de anís. Hervir a fuego lento hasta que el alcohol reduzca completamente.
Transcurridos los diez minutos de hervor ya podéis retirar el anís y la canela. A continuación proseguir la cocción otros treinta minutos aprox. O hasta que el caldo reduzca.
Introducir en el sofrito los muslos de pato. Cubrir con el caldo y hervir hasta que la salsa reduzca y espese el fondo. Si el caldo ya contiene sal esperad hasta que reduzca antes de echar más.
Retirar los muslos y reservar al calor.
Retirar la piel de naranja.
Triturar la salsa. Añadir un poquito más de caldo si lo veis necesario. Rectificar de sal. Añadir una nuez de mantequilla para dar brillo y suavidad a la salsa.
En una sartén con un poco de mantequilla saltead unos gajos de manzana a fuego lento. Es preferible regar los trozos de manzana con unas gotas de limón para que los cortes no ennegrezcan.
En un extremo de la sartén podéis poner a cocinar las ciruelas lo justo para que se calienten un poco. Todo a fuego lento.
Servir caliente con la guarnición de ciruelas y manzana. La salsa también se sirve bien caliente a parte. He acompañado el plato con patatas hervidas al vapor para aprovechar mejor la salsa.
Muy rico y sin duda alguna diferente.