Revista Creaciones

Pause

Por Gemma Adeva @holawasel

sobre-las-cosas-importantes

El lunes me salté el post que tenía programado (¡cuánto tiempo hacía que no me saltaba una entrada!). En realidad quería escribir lo que estoy tecleando ahora, pero no sabía por dónde empezar. Reflexioné, pensé, le di vueltas al asunto… y acabé hecha un lío, yo solita.

Algunas sabéis que estamos pasando por un momento delicado con un amigo. Esta situación me ha hecho cambiar y pensar mucho acerca de la vida. Prácticamente es un tema que no consigo apartar de mi día a día, por más que lo intente, a menudo me encuentro meditando sobre el sentido de las cosas. Es extraño como algo te puede impactar de una forma tan profunda, haciendo que todo quede del revés. Y ya sé que cada uno debe encontrar el propósito de su vida. Ya sé que hay que aprovechar cada minuto, que la vida es corta. Son cosas que decimos todo el tiempo. Pero una cosa es repetirlo como un loro y otra muy diferente, hacerlo. Porque cuando te ves en una situación así, de verdad que cambias. Cuando lo ves tan cerca no hay otra opción, es en ese momento cuando todas esas palabras que oímos a diario empiezan a calarte.

Pues bien, si ya estaba en pleno momento trascendental, el viernes sucedió algo más. Cuando volvía del paseo con Romeo y Vader, nos atropellaron. En mi calle, a unos metros de la puerta de casa. Un conductor que iba a más de setenta en una calle de apenas 100 metros, donde hay un colegio y un parque. Yo ni lo vi. Iba tan rápido que sólo tuve tiempo de escuchar el motor cuando me di cuenta de que iba a atropellar a mis perros. Sabía que no los iba a ver, por la altura que tienen, y que no iba a frenar. No sé cómo llegué a la conclusión de que la única forma de que frenara era poniéndome delante de él. Y funcionó. Frenó, pero al ir a esa velocidad nos atropelló igualmente. Golpeó a Romeo en la cara, Vader salió volando hasta la otra punta de la calle y a mí me dio en un costado. Por increíble que parezca, estamos bien. Por suerte.

Esto es otracosamás que se añade a mi estado reflexivo. ¿De verdad hice eso por mis perros? ¿Me jugué la vida de esa manera? En ese momento sólo podía pensar en que si no conseguía que frenara, si los atropellaba a esa velocidad, los dos iban a morir. Y algo dentro de mi me hizo actuar, protegerlos. Por encima de mi propia seguridad.

Estoy más convencida que nunca de que lo único que importa en esta vida es el amor. Es lo que mueve el mundo, el amor en todas sus formas. Ama las cosas que haces, a los que te rodean, a tus amigos, a tus mascotas… Suena algo hippie, pero no lo es. Somos capaces de hacer grandes cosas por amor.

He necesitado unos días para asimilar lo que había pasado, era como si todo se hubiera quedado en pausa. Estaba bien, es más, ni siquiera he llorado en ningún momento y en general he estado tranquila, pero cada vez que cerraba los ojos no podía dejar de ver a Vader, atropellado, saliendo por los aires. No dejaba de repetir esa escena. Ahora me quedo simplemente con que estamos bien y ya se me ha pasado esa sensación de estar medio paralizada.

Te propongo que hoy hagas una cosa: escoge a alguien a quien quieras, puede ser un amigo, una mascota, un familiar… Y haz algo que demuestre lo importante que es para ti. Dale un beso, dile algo que le alegre el día, llévale a dar un paseo o a tomar un café. Otro día ya salvaremos el mundo ;)

Entradas relacionadas:Cuenta atrásMarzo en InstagramsAntes y ahoraViviendo con ansiedad y depresión - Parte III¡Felices Fiestas!

Volver a la Portada de Logo Paperblog