Me encanta la línea de comunicación que está llevando a cabo Campofrío últimamente. Hace unas meses, os ponía el ejemplo de cómo anunciaban su producto Finíssimas con un robot como protagonista. Y es que a veces hay que dejar de mirar lo obvio para crear grandes historias que vayan mas allá de dos señoras que hablan de fiambre en el supermercado.
Así, con una fábrica de muñecas como escenario y una soñadora protagonista aburrida de que todas las muñecas sean diferentes, el producto pasa casi desapercibido para dar el protagonismo a una genial historia. Y es que a todos nos gusta sentirnos únicos...
Visto en: El rincón de Paquirrín
Revista Publicidad y Marketing
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