Pavolova de frambuesas, moras y kiwi

La Pavlova es una tarta denominada así, se cree, en honor a la bailarina rusa de ballet Anna Pávlova, con motivo de una de sus giras a Australia y Nueva Zelanda sobre 1920. Tanto Nueva Zelanda como Australia han reclamado la propiedad de la receta, aunque, según la investigación formal, se otorga que el libro mas antiguo que describe la receta fué publicado en Nueva Zelanda.
Su base esta elaborada con un merengue cocido, que queda crujiente por fuera y suave y ligero por dentro, y su cobertura es de nata montada y frutas frescas.
Que he utilizado: 
3 claras de huevo
120 gr. de azúcar
70 gr. de moras
70 gr. de frambuesas
1 kiwui
200 gr. de nata (35% materia grasa)
20 gr. de azúcar vainillado
azúcar glas
Como lo he hecho: 
He batido las claras de huevo hasta montarlas. Poco a poco y sin dejar de batir he ido añadiendo el azúcar hasta formar un merengue consistente (al darle la vuelta al recipiente, el merengue no se vuelca) que forma picos (al levantar el merengue con el batidor, este no se agacha sino que queda levantado en forma de pico). He metido el merengue en una manga pastelera con una boquilla ancha y he reservado.
He dibujado una circunferencia de 20 cm. de diámetro sobre papel de hornear y lo he colocado sobre una bandeja de horno (la cara donde esta marcado el circulo en contacto con la bandeja). He rellenado el circulo con el merengue en forma espiral comenzando por el centro, en forma de nido y lo he horneado a 150º C con calor abajo y ventilador (o solo abajo) durante 45 minutos. He apagado el horno y he dejado el merengue dentro del horno caliente hasta que se ha enfriado (lo preparé la noche de antes y lo dejé hasta el día siguiente).
He pelado y cortado el kiwi en trocitos del tamaño de la otra fruta y he reservado.
He montado la nata bien fría con el azúcar vainillado y la he metido en una manga pastelera con boquilla ancha.
He retirado el papel de hornear del merengue con mucho cuidado y lo he puesto sobre un plato.
Antes de servir, he cubierto el merengue con la nata montada, he distribuido las frutas por encima y he espolvoreado azúcar glas sobre ellas con ayuda de un colador.
Y este es el resultado: 


 Bueninisima, para chuparse los dedos.