“Los opuestos se atraen y sirven para procrear pero no para vivir juntos”
W. Riso
H (Grecia Aguinaga) es
una chica que le gusta salir a la calle, no estar encerrada en su casa. No es de complicarse la vida pensando mucho en las cosas. Respecto a temas como el amor ella sólo tiene una frase: “A mí me ha ido mejor sin esperar nada ni intentar nada”. Le llama la atención como hay mujeres cuando un hombre no les da bola, tienen que hacer aspavientos para llamar su atención (eso sin mencionar los chismes y calumnias que son capaces de inventar sobre ellos). Para H, los hombres que piensan son como psicólogos por la manera en que conversan y otra cosa que le dijeron sus amigas: “Si conoces a un tipo que idolatra a tu madre, apártate porque es un machista”.
X (Eduardo Quispe) es un chico bien hogareño, de su casa, algunas personas
lo juzgarían como un “aburrido”. Es de esos chicos que le gusta estar pensando en todo y analizarlo. Le gusta hablar del amor y de las relaciones de pareja. Él tiene bien claro que “no puede existir alguien que acepte al otro tal como es”, que “uno no simplemente espera a alguien, siempre tiene que estar buscando o tienes que estar huyendo” y “que no se necesita mucho tiempo para conocer a alguien, sólo guiarse por los presentimientos”. Para X, el machismo nace de la admiración por la mujer. Esa admiración a la que se refiere es la capacidad de las mujeres de tomar el control, de manipular.
Estos dos seres humanos, H
y X forman una especie de “relación de amistad” donde X se siente bien con H, sin embargo H no le dice si siente bien con él. ¿Cómo acabará esta historia?
En el primer filme de Eduardo Quispe tenemos básicamente una conversación de hora y media acerca del amor en los tiempos actuales. Dos seres totalmente opuestos buscando (o quizá no buscando) encontrar coincidencias. Dos seres pretendiendo que alguna vez el otro va cambiar, quizá en un futuro. Dos seres que al final saben que “las personas cambian tanto que al final terminan siendo los mismos”.
Ya en esta primera historia notamos esa fascinación de la cámara por filmar no solamente la cara, sino quedarse buen rato enfocando las manos y el movimiento de las piernas y pies. También en el caso de las mujeres centrarse en filmar sus senos, hombros y la forma en que arreglan su cabello.
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