Revista Cocina
No os podéis perder estas pechugas con bechamel de pimientos. A mi me gusta hacerlas a la plancha, quedan mucho más sabrosas que si la hervimos.
Es importante no dejar enfriar demasiado la bechamel para que cubra bien las pechugas. Freírlas en abundante aceite para que se dore bien por todos los lados y, sobre todo, no hacer muchas a la vez o se bajaría la temperatura y se abrirían. Ese es el secreto.
Si os sobra bechamel, podéis aprovecharla añadiéndole atún en conserva y hacer unas croquetas pequeñas para un aperitivo.
Ingredientes:
- 1 pechuga de pollo en filetes no demasiado finos
- 1 litro de leche caliente
- 125 gr de harina
- 125 gr de mantequilla o de aceite de oliva suave (o mitad y mitad)
- Pimienta
- Nuez moscada
- 2 pimientos italianos
- Media cebolla
- Sal
- Pan rallado
- Huevo
Elaboración:
Salpimentamos los filetes de pechuga y los doramos rapidamente, sin hacerlos demasiado, en una sartén con un poco de aceite de oliva. Reservamos.
Preparamos la bechamel de pimientos:
En un cazo antiadherente calentamos la mantequilla. Incorporamos la cebolla muy picada, pochamos unos minutos y añadimos los pimientos cortado en tiras muy finas. Ponemos un poquito de sal y seguimos rehogando hasta que todo esté tierno. A continuación echamos la harina y removemos bien.
Iremos agregando la leche caliente, poco a poco, ayudándonos de unas varillas. Removeremos continuamente hasta que obtengamos una bechamel suave y firme. Ponemos la pimienta, la nuez moscada y salamos a nuestro gusto.
Dejamos reposar hasta que se enfríe un poco. Entonces vamos introduciendo uno a uno los filetes y los colocamos en una fuente hasta que se enfríen totalmente.
Una vez bien fríos los pasamos por huevo batido y pan rallado.
Preparamos una sartén con abundante aceite de oliva y los vamos friendo en tandas (mejor de dos en dos) hasta que tomen un bonito color dorado. Los vamos colocando sobre papel de cocina para que absorba el aceite.
Los serví con una ensalada de tomate, cebolla roja y aceitunas negras.