La mañana de la 1 - Despedida de MarilóCuando uno se excusa o pide perdón, lo más elegante, si es que lo de más humilde o más sincero no motiva tanto, es simplemente señalar lo que se ha dicho o hecho mal, decir las palabras mágicas y no añadir nada más. Esta es la clave de la elegancia, la sinceridad y la humildad, no añadir nada más.
Es muy difícil, poca gente lo hace y, en España, casi nadie (esto último es posible que sea una exageración mía). Lo que solemos tener es algo así:
-Oye, deberías disculparte ante X por haberle llamado imbécil.-Vale, está bien. Oye, X, te pido disculpas por llamarte imbécil, pero es que lo eres.
En otras ocasiones no es tan notoria esta falta de elegancia:
-Yo creo que difícilmente vamos a recibir suficientes inmigrantes para resolver el problema de las
pensiones.-Eres un racista.-¿Cómo?-Perdón, no eres racista, pero lo que dices no tiene ninguna base. Es más, así razonan los racistas
En otras ocasiones, como el caso de Mariló Montero, la cosa raya lo ridículo:
La mañana de la 1 - Mariló Montero puntualiza sus palabras sobre trasplantes------------------------------------------------------------------------------------------------------------Hace tres años en el blog: La Teoría de los Juegos. La historia más lúdica jamás contada. Parte 10: La quema de las naves.
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