Tras las declaraciones del martes del primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, y de algunos miembros de su gobierno muchos analistas se preguntan en Turquía cómo será el futuro de las relaciones con Israel.
Aunque la prensa local se mostró unánime a la hora de condenar al estado hebreo por su asalto a la flotilla humanitaria que se dirigía a Gaza, que causó al parecer 9 muertos y decenas de heridos, no parece tener tan claro cuáles serán las medidas que adoptará el ejecutivo de Ankara tras esta crisis.
Parece inevitable que la “sangrienta masacre”, como la definió Erdogan, afectará a la futura relación entre ambos países, sin embargo los hasta ahora firmes aliados mantienen unos estrechos vínculos de cooperación sobre todo en el terreno militar.
La cancelación de tres maniobras militares conjuntas programadas, las exigencias planteadas por el canciller turco ante el Consejo de Seguridad de la ONU, las duras afirmaciones del viceprimer ministro al conocer el sanguinario asalto, y la firme determinación de Erdogan para que se juzgue a los responsables de la masacre, sólo son una parte de la cuestión.
Lo que no se cita habitualmente son los multimillonarios intercambios existentes entre ambos estados, más de 3,3 mil millones de dólares en materia de comercio y unos 2 mil en el campo del equipamiento militar.
Según los datos de la Oficina de Relaciones Económicas Exteriores, el volumen comercial de Turquía con Israel pasó entre 1996 y 2008 de 446 millones de dólares a 3,38 mil millones, mientras que los intercambios de la industria bélica supusieron, en algo más de una década, unos 2 mil millones.
El gobierno turco discute estos días la posibilidad de cancelar o reducir los acuerdos con el estado hebreo, sin pasar por alto los lucrativos negocios de actualización o venta de armamento.
Según el diario Hurriyet el programa de mejora de los aviones de combate F-4 y F-16 turcos, que tenían previsto realizar las empresas israelíes Elbit y Elop, tendría muchas posibilidades de ser cancelado.
Idéntica suerte podría seguir la compra de 4 aviones no tripulados Heron, al no cumplirse los plazos pactados ni las condiciones exigidas a los proveedores israelíes, pese a que este martes el ministro de defensa turco, Vecdi Gonul, aseguró que serían entregados a principios de verano.
Otro tema sensible, especialmente para Israel, es la paralización del proyecto Medstream, debido al deterioro de las relaciones bilaterales en los últimos dos años, con el que se pretendía crear una serie de conducciones para petroleo, gas y agua cuyo destino sería el país hebreo.
Ahora el gobierno de Ankara exige a Israel que indemnice a las víctimas y a los propietarios de los buques retenidos y que se castigue a los autores del brutal asalto, mientras la fiscalía turca estudia la posibilidad de juzgar la agresión en los Tribunales nacionales.
Erdogan dejó claro que Turquía no tiene ningún problema con los judíos ni con los ciudadanos israelíes, pero mantiene la firme determinación de que las instituciones multilaterales presionen a Israel para que cumpla la legislación internacional y respete los derechos humanos.