La moda de los piercings se ha ido instalando en nuestra realidad de forma cada vez más significativa, ahora no sólo los jóvenes adultos se los aplican, sino que también los adolescentes y los niños, representando, según un estudio que se ha presentado en el XXXI Congreso de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) una “situación de crisis”.
Los niños acuden a éste tipo de recursos cada vez a edades más tempranos en busqueda de definir experiencias personales y desarrollar de alguna forma su personalidad, siguiendo una moda, escapando de inseguridades propias del proceso de crecimiento de todo individuo.
La aplicación de éste tipo de accesorios es en si misma una conducta de riesgo pero que los hace sentirse más independientes, situación que de forma indirecta los puede ir exponiendo a otras cosas, como consumo de sustancias, tabaco, experiencias sexuales, embarazos adolescentes, malos hábitos alimenticios y problemas de conducta.
Según un censo realizado en Cataluña los pequeños se realizan piercings inclusive desde los 12 años de edad, en la misma medida muchos otros optar por realizarse un tatuaje, teniendo en cuenta que para que ésto se realice deben contar con la aprobación de sus padres, que parecen darla en la mayoría de los casos sin identificar la serie de consecuencias que ésto representa.
En general los niños desconocen que colocarse un piercing además supone una serie de complicaciones posibles, además de las infecciones el mayor riesgo es el de contrar enfermedades como lesiones en la boca, necrosis, granulosas o inclusive parálisis faciales.
El estudio así mismo ha definido que la aplicación de piercing o la realización de tatuajes no son hábitos tóxicos, siempre y cuando se realicen a edades lógicas, evitándolo en el caso de los niños, y pasados los 18 años en el caso de los adolescentes, teniendo en cuenta elegir siempre sitios idóneos para éstas prácticas.
Vía | Infancia Hoy
Foto | Tano Cortazar
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Peligros de la aplicación de piercings en niños