Pelis de los últimos tiempos

No sé si os lo había dicho, pero me estoy volviendo cinéfila de esas. Sep. Como os lo narro. Os lo juro por la barba pelirroja de Fassbenderdemivida. Yo, cinéfila. 
El caso es que yo de películas pues poco, la verdad. Creo que solo veía, así en serio, cuando tocan los Oscar, por ver las de Benedict alguna de las favoritas y poder babear opinar, y cuando iba a la casa sureña de T. De la última estancia en aquellos lares recuerdo especialmente dos pelis: la de Cloud Atlas, de los Wachowski, que se puede resumir en una palabra: ¿Eing?, y la de unos magos americanos un poco desastre que me provocó dolor de tripa de las carcajadas pero no me acuerdo como se llama. 
Y ya. 
Comprenderéis que con semejante curriculum me haya puesto manos a la obra para remediar un poco esta situación. El problema es que yo, claro, pues soy yo. Y me tenéis que querer así, porque llevo dos semanas empleada a fondo con lo de ampliar cultura cinéfila y por ahora he visto, por este orden: 
- Frozen.- El Gran Hotel Budapest.- Jane Eyre, la de 1944.- Jane Eyre, la de Fassbender.- La Heredera, la de 1949. 
También he visto la última de Harry Potter, pero asumo que esa, por muy repetida, no cuenta. Ya. 
En fin, a lo que iba.
Frozen. 
Tenía delito que no la conociera, lo sé. Me gustó, conste. Pese a querer arrancarme los tímpanos al trigésimo segundo 'FOR THE FIRST TIME IN FOREVEEEEEEEERRRRRR' y al undécimo 'LET IT GOOOOOOOOO', la película me gustó. Es mona. A ratos un poco almodovariana, eso sí. Que no me digáis que esa Elsa haciéndose su castillo de hielo en plan loca de la vida-ahora mando yo-COÑO no tiene un punto muy chica Almodóvar. El final, confieso, me pareció un poco raruno. Que de tanto ir en contra de los cuentos de-toda-la-vida-de-dios ya no se sabe quién salva a quien y si el amor sirve para algo. Así entre nosotros. Pero es que yo soy un poco vintage y tanta modernidad me abruma. 
The Grand Hotel Budapest.
Que no sabía qué ver y apareció en el PopCornTime. Me gustó mucho, con ese aire decadente en el que se mezclan, sí, dos decadencias, la europea de entreguerras y la europea de la guerra fría. Tan peculiar todo, tan bonica. Ralph Fiennes cuando sale con nariz está para comérselo. En fin. 
Jane Eyre, la de 1944.
Esto de volverme cinéfila trataba de ver pelis actuales pero ya he dicho que soy un poco vintage. Buscando la serie de la BBC encontré esta peli y me hizo gracia porque desconocía su existencia y por sus protagonistas: Joan Fontaine y Orson Welles. Es una adaptación más de las muchas que hay sobre la historia, a la que le va mucho el blanco y negro y la sensación de castillo medieval que desprende Thornfield. La Fontaine se pasa toda la peli con la misma cara pero Orson Welles está estupendo de Rochester. Estupendo. 

El peinado de ella es que tampoco ayuda...

Como curiosidad, en esta película sale una jovencísima Elisabeth Taylor, por entonces tan desconocida que es una aparición no reconocida y acreditada. Es decir, no figura ni en los créditos. 
Jane Eyre, la de Fassbender.
Ya la había visto, tiempo ha, pero casi no la recordaba. O sea, no recordaba bien cómo habían estructurado la historia y qué partes se habían cargado para comprimirla en dos horas, porque lo que viene siendo al protagonista lo recordaba bien, sí. 

¿Qué estaba yo diciendo?

Bueno, quereres aparte, es una preciosidad de película y de adaptación. Elimina sólo lo que de verdad es superfluo en la narración canónica (spoiler: que al final todos sean primos, casualidad que, Charlotte Bronte me perdone, siempre me pareció excesiva), y maneja muy bien los silencios y los paisajes de los páramos. 
La Heredera, de 1949.
No sé por qué el otro día supe de esta peli y me decidí a verla pensando que era la historia de la hija del militar, que se va a la India, el militar, y no vuelve, y entonces la nena que vivía tan feliz en un colegio pijo termina de criada de ese mismo cole... Pero resulta que esta que yo digo se llama La Princesita y no La Heredera. Que soy vintage, ya os he dicho. 
Total, que terminé viendo La Heredera. Y resulta que conocía la historia bastante bien porque hace algunos años hicieron una obra de teatro sobre ella y la compañía recaló en mi pueblo. Con Andoni Ferreño de prota, moríos de envidia, hala. 
En fin, La Heredera. Protagonizada por Olivia de Havilland, esto es, por la tonta de Melania de Lo que el viento se llevó, hermana, por cierto, de Joan Fontaine, con la que no se podía ni ver, y señora de casi 100 años que ha enterrado a todo Hollywood clásico mientras ella resiste como una campeona. En esta película está perfecta. Perfecta, en serio. Actrizón. 
Le da la réplica, que se dice, Montgomery Cliff, que no se puede ser más guapo y qué pena de muchacho, qué mal terminó, que Liz Taylor lo tenga en su gloria. 

Y entonces no había fotochop ni nada...

Y hasta aquí mi repaso cinéfilo de los últimos tiempos. Ya tengo seleccionadas las siguientes, os iré contando.