Desde que Penélope Cruz y Javier Bardem, empezaron a salir, todo fue secretismo, desmentidos y un huir continuo, de todo aquello que podía atentar contra su vida privada, primero negaron su noviazgo, luego su boda y luego su embarazo, para después tener que confirmarlo, claro que están en todo su derecho, porque su vida privada es suya y les pertenece..
Pero a cuadritos me he quedado, cuando me he enterado que Penélope, va a ser portada del Vogue, porque les ha vendido su embarazo, luciendo su barriga, al igual que ya lo hicieran Demi Moore, Britney Spears o Claudia Schiffer., que al menos ellas, no ocultaron al mundo, lo más bonito que le puede pasar a una mujer, ser madre
Pero claro, ese derecho a la intimidad, que tanto reclaman, me lo paso yo por la parte opuesta al moño, al saber que deja de existir porque tiene precio, además un precio muy sustancioso, el que la revista Vogue le pague por lucir su "famoso bombo desnudo", porque vestido ya lo conoce el mundo mundial.
Esta visto, que esta gente solo se mueve al son que le toca la caja registradora y que donde "Dije digo, digo Diego", porque "Poderoso Caballero es Don Dinero" y confirmes o desmientas, mi querida Pe, tu intimidad pronto estará en venta, en cualquier kiosco.
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