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Pensamientos sobre la amistad.

Publicado el 19 septiembre 2011 por Bonhamled
"Amigo mío, tengo tanta necesidad de tu amistad...". Antoine de Saint Exupery.En estos días ando pensando mucho sobre la amistad. Ese afecto personal, puro y desinteresado que se siente por la persona, que nace y se fortalece con el trato, según dice la RAE. Y pienso en relación con algunos acontecimientos cercanos, y no tanto, que me hacen repensar el concepto o su aplicación en la sociedad en la que vivimos.La amistad tiene un mucho de preocupación sin mácula de interés por otra persona, un apoyar y un hacer sentir el calor, casi de tahona, de la cercanía y comprensión personal. Esa parte del concepto es el más dañado y más difícil de cultivar en la sociedad en la que estamos: de prisas estrés, descuidos e intereses espurios y tontos. Las amistades se vuelven asimétricas, se van abandonando, se generan turbios desencuentros que, como el chocolate recalentado, ya no saben igual. Se desarrollan supuestas relaciones de subordinación, alguien quiere ser amigo pero la otra persona o no quiere o no puede por lo que el cuido natural y el interés se convierte en falta de personalidad y necesidad de un contacto menoscabante que linda con la falta de autoestima (no hablo de hipótesis todos los hemos sufrido).También es cierto, al contrario, que hay veces sorprendentes, rutilantes, coruscantes, donde el espíritu de la amistad aflora, como tesoro escondido y tapado por mil ropajes. Y aparece en tiempos de necesidad imperiosa, de catástrofe cercana, y de requerimiento muy inminente, y también decirlo, interino. Es como un Moby Dick bonancible, pero oculto y casi ignorado durante tiempo, que surge para darnos ese aceite tan necesario para el vivir cotidiano. Son "los amigos cuando se necesitan" de aquellos que se cuentan "con los dedos de una mano" y que se suele decir que son "bellísimas personas" a pesar de que puedan pasar estaciones o años sin cruzar palabras ni gestos. Una amistad que surge con fuerza del océano de las indiferencias e intereses vagos en el que vivimos para vivir un apogeo, instantáneo como vida de mosca: un "verdadero amigo" ignorando que es un hiperbatón insoportable si realmente existen amigos que no son verdaderos.También hemos de entender que las inquietudes, la vida, el tiempo libre cambia a lo largo de los años y lo que parecía una amistad irrompible e imperfectible a los veinte años, es difícil no ser amigo a esa edad, se convierte a los cuarenta en una dificultad continua de agenda, de diferencia de criterios o de catálogo, en anaquel, de pequeños rencores. En suma con el tiempo se alimenta la amistad de desconfianza y de preguntarse si realmente lo que consideramos un amigo/a lo es, o solo un conocido mejorado, o ni siquiera eso. Si realmente lo que necesitamos o esperamos de un amigo se verá cumplido o sólo es una persona más de esas que acompasaron su caminar al nuestro durante un tramo pequeño de tiempo y luego abandonaron nuestro lado para siempre.De lo primero, de las disensiones quedan un montón de pequeños cadáveres de amistad por los caminos del tiempo de la vida, abandonados por la discusión, la indiferencia, la distancia o simplemente la situación. De lo segundo, las necesidades de la amistad quizás se cuela, de rondón, un criterio egoísta. Una amistad debería ser un dar sin esa esperanza de recibir, sin el interés enunciado, casi al principio de esta nota, como necesario otrosí. Todos sabemos que no es así.Una amistad requiere reciprocidad, devolución de llamadas, felicitaciones en santos y cumpleaños, promesas, al menos, de encontrarnos alguna vez para contar cosas, etc.. Sino simplemente se marchita amarilla y seca como una flor en agosto. Una baja en la guerra suave pero eterna de la vida.Por eso cuando veo que algún amigo o amiga me "trata mal" o "desdeña" mi compañía, "me descuida" me pregunto; primero, si eso es así realmente o solo la consecuencia perversa de una gran ciudad, de unas grandes preocupaciones y responsabilidades y, por último, de un escaso tiempo libre a repartir. Luego; y antes de dejarme llevar por un pensar conspiranoico o pasivo-agresivo, considero si realmente lo que pido o exijo dulcemente a esa amistad es más mi propio beneficio de apoyo y colaboración o no. Pudiera ser que la otra persona no esté en disposición de dar o, simplemente, no considere suficiente el nivel de amistad alcanzado para otorgar esas favores. Si realmente se confirma que no hay un cuidado a la persona y/o que la intención es interesada aún ahí y en ese momento todavía cabría pensar sobre la amistad.Puesto que la amistad es una necesidad psicológica de higiene mental y saludable que mejora el ambiente alrededor de cada cual, muy típico del trabajo, hay veces que es necesario "tragar" o aceptar esas amistades de menor calidad a la espera de un crecimiento o, simplemente, en la diplomacia de que es mejor "pájaro en mano que ciento volando" aunque eso traicione el concepto de la amistad como se define en el primer párrafo. Aquí surge una pregunta: ¿Es realmente amistad las "amistades" del trabajo o solo una reducción de los parámetros básicos de amistad para poder encajarlos?; esto aplicaría tanto al trabajo como a cualquier otro ámbito. La prueba está en responder ¿Cuantos de esos presuntos amigos del trabajo superan o alcanzan el papel de verdaderos amigos en la "vida civil" o solo se quedan en compañeros de trabajo?, también en dar respuesta a ¿Cuantos de esos amigos que se "degradan" pueden volver después a recuperar el nivel que se les pedía?.Porque la amistad se alcanza por escalones, niveles, "cinturones como el Kárate". Madura con los años, como se puede estropear también. Y a veces el correr demasiado no lleva a madurarla antes, "no por mucho madrugar"... sino a agotarla, cansar y cansarse. Seguro que si volvemos a la memoria recordaremos personas, situaciones, ocasiones donde quizás pudimos ser amigos o "más amigos" pero donde las circunstancias o la velocidad no lo favorecieron o recomendaron. Porque, desengañémonos, aquellas fidelidad y coincidencia de las amistades de "amigos imaginarios" de la infancia o casi de "mosqueteros" de la adolescencia y la juventud desaparecen con el tiempo, la presencia de otras personas y responsabilidades y quedan en un sucedáneo que siempre tiene la locución adverbial "de cuando en cuando" y que tiende a requerir cada vez menos esfuerzo y a devolver menos gozo a la amistad.Luego, una vez llegado a este punto de pensamiento, y volviendo al origen. Cada quien se da cuenta del peso y valor que le da a cada amistad, hace clasificaciones y rankings, muestra algunas con claro sesgo bullish y otros bearish. La amistad es un pequeño tesoro, difícil de mantener y muy complicado de cuidar como planta exótica en clima ártico. Es casi un arte de Ikebana con seres humanos. Y como decía el sabio estagirita dado que "El hombre solo solo puede ser bestia o dios" y necesitamos amigos con lo perentorio del naufrago en la mar. Es claro que quien aparenta no necesitar puntos de apoyo o bien está tan ensoberbecido como un dios en tierra o quizás tan descarnado de sentimientos como una ameba. En ambos casos es preferible no frecuentar la persona. Este artículo está hecho para quienes necesitamos esa voz amiga, ese email cercano, ese ánimo, a veces preñado de "mentira piadosa" que nos ayude un poco.Pensamos en la amistad como esa isla fantástica en la mitad del tráfago de la vida, un lugar caliente y tranquilo en el que guarecerse del hostigo inminente y continuo de la vida. Es sencillo, natural pero también egoísta. Hay quien lo concibe como una forma de obtener un beneficio personal: económico, de amistad tóxica, sexual incluso. Será porque guarda este sentimiento radical en el fondo y se puede permitir ese lujo sino no se comprendería. Incluso Robinson Crusoe enseñó a Viernes a hablar su idioma solo por tener un amigo, no un esclavo ni un sirviente, con el que compartir la soledad terrible de la isla del archipiélago Juan Fernández.Por eso, vuelvo a pensar. Esos amigos que descuidan la amistad que tu quieres, y posiblemente requieres, ¿No son amigos?, ¿Son otra cosa de nivel y probablemente de categoría inferior que puede que ni siquiera te interese?, ¿Piensas y ves el como el hijo bastardo de una amistad superior traicionada?, ¿Debes dejarlos y abandonar la posibilidad aquella que creó la cercanía o, quizás, "redimensionar" esa amistad para los "parámetros" existentes en la actualidad?.Creo que lo mejor, o al menos lo más sano, es no "ir perdiendo amigos" como el que puede dilapidar un cofre lleno de oro. Ni son tantos ni son tan fáciles de conseguir. Pasar, perdonar o simplemente contextualizar esos presuntos agravios ayudan a no reducir la categoría de la amistad, o romperla, por nimiedades. También es necesario, a veces, acabar con relaciones o distanciarse para ver, y demostrar, que tipo de amistad es. Por otro lado, la consecución de amigos, la generación de personas símiles en circunstancias y visión, o presbicia, vital parecida no queda cercenada con los años, si acaso coartada por la dificultad de encontrar alguien en el que se pueda coincidir en estos años de idénticos individuos singularmente diferentes. Pero es así. No hace mucho he encontrado dos personas cuyos gestos y amigable trato me ha devuelto ese aroma antañón, de los ochenta, de la amistad que resulta casi nostálgica de la juventud pero al tiempo muy agradable. Esa posibilidad existe, siempre sigue existiendo, por lo que cabe pensar: ¿Es preferible el "pájaro en mano" de un amigo de "baja categoría" o quizás el "ciento volando" de los que se podrían encontrar?. Merece la pena el "sabor" aguado de una amistad que no crea dentro de cada si ese pequeño universo placentero o la posibilidad de que exista en toda su magnitud en el futuro y en la esperanza. De esta cercanía "interior" del amigo nace lo visceral y terrible en que puede convertirse una enemistad de un amigo, un mal mil veces peor que la enemistad cotidiana del desencuentro con desconocidos. Por supuesto esta dicontomía no es tal sino que es complementaria. Se debe elegir recatalogar amistades y, al tiempo, intentar optar a nuevas.Quizás, esta reflexión, como este artículo entero podría extenderse a ese tipo especial de amistad que es la de buscar pareja sentimental. Tanto están las emociones involucradas, sino más, y añade algunos otros condimentos : sensibilidad, sensualidad, perspectiva de futuro que dotan de características propias."Quien bien te quiere te hará llorar" aunque " los caminos del infierno están empedrados de buenas intenciones". Quiero decir, que a un amigo se le pide, sinceridad, tampoco excesiva, cercanía, sin agobio, comunicación, sin saturación, necesidad de contacto reciproco y todas estas necesidades de afectos, cuidados y preocupaciones que debemos entender que también son tributarias del estado de cada cual y acompasarse a ese estado. Quizás esta otra parte es la que haga que cada cual no tenga el mismo concepto ni necesidad en cada instante de la amistad.En otras palabras, esperamos la voz amiga de una persona en tiempos de tristeza, malos tragos e incluso depresión. Necesitamos, o podemos dar lo que sería la otra versión del asunto, menos de ese apoyo cuando tenemos fuerza y ánimo pero a cambio podemos darlo con más facilidad. La amistad es un apellido natural de la necesidad de ayuda y apoyo de los seres humanos, el afecto. La ausencia de ella lleva a la desesperación de saber y encontrarse solo. A veces simplemente intentar, o necesitar buscar ese apoyo, hace que la nómina de amigos aumente sin ser verdad, otras veces, la poca gana de involucrarse o buscarse preocupaciones hace que no se de un apoyo al que es amigo (aunque esto es síntoma de que no era ni tan amigo ni nosotros tan merecibles de amistad)."La amistad y el culo: Al amigo se le da hasta el culo, al enemigo por el culo y al indiferente se le aplica la legislación vigente". Chascarrillo propio.No es cosa sencilla la amistad, como no lo es ninguna de las relaciones entre seres humanos ni con los animales. Todos buscamos un interés, aún la sensación egoísta de favorecer a un amigo o a nosotros mismos, pero en todos a flora ese venenillo pequeño y mezquino de la necesidad de la "devolución", de la preocupación, del gusto y cariño por la persona. De ahí nace el desencuentro y la decepción. Superarlo también es un saber vivir.Amistades en Recuerdos del día de mañana.
Vínculos://susanalake.blogspot.com/2007/11/amigo-mo-antoine-de-saint-exupry.htmlAforismos sobre la amistad: http://es.wikiquote.org/wiki/AmistadDespierte el alma dormida, avive el seso e despierte. A fin de cuenta sino pensamos y vivimos para que queremos estar. Los pensamientos de hoy son recuerdos del mañana que tenemos hoy.

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