Pepe microorganismo del él poco sabemos pero lo que conocemos ya deja en buen lugar a este personaje. Encontrarlo en nuestra aventura de tener que cruzar la gota de agua que cayó de la terraza de tu vecino y salvarnos, sin conocernos aún, arrastrándonos hasta la orilla evitando rozar al virus de gripe que nos venía persiguiendo deja claro, que es mínimo un microorganismo eficiente, además, de poseer un gran corazón.
Podíamos deducir, por sus acciones, por sus conocimientos sobre lo perjudicial que resulta el contacto de un virus de gripe con las personas comunes que tiene alma de voluntario de la Cruz Roja. Tolerante y amistoso no se preocupó lo más mínimo por las pintas que llevábamos con aquellas Dolce y Gabbana de la gama más alta en dioptrías. Si no llega a ser por tu curiosidad innata de escritor viejo, nos habríamos conformado con esta explicación que, por simple, casi que no nos sirve para crear una buena estructura dramática. Volver hasta la gota con las gafas puestas para encontrarnos de nuevo con él, un desastre, porque a medida que pasaban las horas tan pequeña cantidad de agua daba por evaporarse a gran velocidad y por más que observábamos no lográbamos dar con el sitio justo donde desempeñaba sus actividades. Bostezos y mi destreza al colgarnos de la última gota hizo que fuéramos a dar con la que había sido su novia ¿quien iba a pensar que semejante ser en realidad era un rompe corazones digno de llamarse Don Pepe? Salir del asombro y ver que ella, no dejaba de llorar mirando una página de Facebook fue dar con la clave de que semejante caballero tenía una publicaciones de conquistas femeninas de lo más peculiares. También pudimos observar su nivel avanzado en FrontierVille. Fue una suerte que nunca hubieses pensado en hacer caso a mis chanzas sobre la utilidad del juego. Convertirse en una delicada muchacha que siega, recoge fruta, mata osos y serpientes una gran aventura, visitar al vecino, fue muy fácil. Charlar con él más difícil. Nivel de actividad máxima, como loco andaba, vendiendo gallinas, construyendo jardines, piscina, un molino de viento que nos levantaba casi de suelo. Sembrando algodón, tirando árboles al suelo. Levantando hierba mala y esqueletos que andaban sueltos. Horas pasamos sentados en cómodas mecedoras delante de un porche viejo hasta que tu pericia de escritor viejo, vino a dar con la clave que resolvió el cuento "Aquí ni nos mira, dejemos, pues, una nota en su muro y confiemos en que tendremos respuesta"
Veinte días y veinte regalos de ladrillos, pintura y martillos después recibimos respuesta. La visita en el mundo real queda para más adelante, cuando termine de reposar una lumbalguia que le lleva a guardar reposo y que pilló de un mal movimiento que hizo al dar de comer a una vaca. Por el momento, nos conformamos con desentrañar los cuentos que cuenta de aventuras de conquistas, hablar con él por el móvil y leer los enlaces que publica en Twitter.
Contar, eso si, que Pepe microorganismo tiene una vida muy azarosa dedicada por el día a cuidar mariposas y por la noche a cuidar lindas rosas con caras femeninas de una especie, difícil de encontrar y muy difícil de ver.
De nuestra aventura, no recuerda los detalles, pero indica que es normal en su carácter ver y hacer, hacer, hacer y de eso da prueba real las horas que pasamos viendo como ejecutaba acción como un poseso desquiciado.