En el país de los ciegos, el tuerto es rey. Lo anterior se puede aplicar directamente a mi persona, alguien que no puede evitar sentirse un fraude cuando tiene que escuchar de las personas de su entorno aquello de “tú es que sabes mucho de música” o “qué grupos tan raros te sacas de la manga, seguro que nadie más los conoce”. NO. No se trata de un caso más de “síndrome del impostor”, es que uno no puede evitar sentirse apabullado por los (enciclópedicos) conocimientos musicales de gente como Jaime (Popcasting), o cuando lee las entradas publicadas por Borja Coquillat en su webzine Atonal. Lo mío no deja de ser oír campanas, lo suyo abrir unas ventanas -que hasta entonces permanecían cerradas- para que muchos podamos disfrutar de las gozosas vistas de un indie situado más allá de los márgenes del indie.
A Jaime Cristóbal ya le he citado por aquí en más de una ocasión, y más que caerán en el futuro. Bastante esfuerzo (no siempre exitoso) me supone no convertir este blog en una pálida copia de su recomendabilísimo podcast, no son pocas las ocasiones en que tengo que refrenar mi entusiasmo por alguna de las pistas descubiertas en su programa, sabedor de que nada de lo que pudiera escribir podría añadir algo de interés a lo ya comentado por Jaime. De Borja, me parece, no he hablado todavía, pero hoy por ejemplo me siento obligado a citar su nombre porque a él le debo el gozoso descubrimiento de la música (entre otras cosas, porque este hombre por lo visto le da a todo) de Fabio Viscogliosi.
Vamos entonces, cumplido el obligado trámite de agradecimiento, con la obra de Viscogliosi. Dibujante de cómics, escritor, pintor y músico, francés de ascendencia italiana, ha publicado en 2019 un álbum que lleva por título “Rococo” y que Coquillat señalaba como uno de sus favoritos de lo que llevamos de año. Es lo bueno de contar con buenos prescriptores: viniendo de quien venía la recomendación, no hicieron falta más motivos para darle (en principio, una) escucha al disco. Y por supuesto, tenía razón, qué MA-RA-VI-LLA. Cantado casi en su totalidad en francés (en “Dicembre“, “Jasmin” o “Gatto Di Luna” le podemos oír cantar en la lengua de sus padres), “Rococo” puede escucharse íntegramente en la cuenta de soundcloud de la discográfica responsable de la publicación, Objet Disque, y ya estáis tardando.
Lo escribe uno que ni conocía a Viscogliosi, ni llevaba años (¡desde 2007!) esperando el tercer trabajo discográfico del francés: cuando escuchas algo de una belleza tan desarmante como “Peplum“, la canción con que arranca el disco, sólo puedes desear que ese milagro no sea irrepetible. Y afortunadamente, ese asombroso ejercicio de equilibrio entre melancolía, sensibilidad y evocación empapa las diez canciones de un disco al que la etiqueta de “pop” se le queda pequeña. Las melodías son sencillas, porque son perfectas; Viscogliosi parece dotado de esa infrecuente capacidad para no complicar innecesariamente algo que ya está bien, como un buen dibujante que no requiere más que de los trazos mínimos para construir una imagen.Y ojo, que lo anterior no implica que este sea un disco de canciones desnudas. Más bien al contrario, delicados arreglos orquestales (por lo que he podido leer, la música de Lucio Battisti es algo más que una influencia) envuelven con delicadeza esas composiciones, e incluso cuando se atreve con una pista instrumental (“Il Bel Bagno Paradiso“) el resultado no funciona como un relleno o ligazón entre temas, sino que destila gracia y talento. Tiene razón Borja Coquillat, como no podía ser de otra manera: uno de los discos más perfectos de los publicados este año. Os puedo asegurar que para cuando llegue ese cuarto álbum de título “Notte“, que ya se anuncia para 2020 (parece que después de sus lejanos dos primeros trabajos, al artista se le habían acumulado las canciones en el cajón), no será el único que esté esperando.
Publicado en: RevelacionesEtiquetado: 2019, Fabio Viscogliosi, Objet Disque, Pop, RococoEnlace permanenteDeja un comentario