Siempre he sentido debilidad por el cine francés, aunque reconozco que es raruno y que, por otra parte, la "Nouvelle Vague" es, cinematográficamente, una de mis asignaturas pendientes. Desde que estaba en los cines quería ver “Pequeñas mentiras sin importancia” pero al final, cuando se trata de películas poco comerciales es bastante difícil encontrar compañía. Al fin la ví y aquí estoy escribiendo de ella.
La película, cuyo título original es “Les Petits Mouchoirs”, es decir, "mentiras piadosas". En realidad no trata de de mentiras piadosas; las llamadas mentiras blancas (white lies) del inglés o mentiras de urgencia (Notlügen) del alemán ni tampoco se refiere a mentiras que sean pequeñas y mucho menos, que carezcan de importancia alguna. Trata de un grupo de treintañeros parisinos de clase media alta que, simplemente, se niegan a afrontar la realidad, su realidad.
La película comienza en París con un grave accidente en el que Ludo (Jean Dujardin de "The Artist") queda en condición crítica. Ante esta situación sus amigos deciden continuar con sus planes e irse de vacaciones a la costa tal como habían planeado. Ludo se está muriendo, pero ellos tratan de autoconvencerse de que se pondrá bien para así justificar su decisión de continuar con los planes vacacionales. De esta manera, empezamos a ver cómo todos los personajes viven autoengañados, muchas veces con miedo de enfrentarse a su vida y otras veces, simplemente, porque es lo que les resulta más cómodo.
Se trata de una película que, pese a rozar el drama, tiene sus notas de comedia y su indispensable dosis de moralina, eso sí, sin caer en la hipocresía tan propia de las películas “yankees". Os la recomiendo totalmente, ya que disfruté viéndola y, además, me llevó a reflexionar sobre muchas cosas y es que, en realidad, la película critica la sociedad actual, nos critica a ti y a mi: que vivimos encerrados en nuestro mundo a medida, tratando de que las verdades y los problemas de los demás nos interfieran lo mínimo posible.
Es una película que es bastante larga que no llega a hacerse pesada, ya que la mayoría de los actores resultan brillantes en sus papeles (destaco a mi adorada Marion Cotillard) y, por otra parte, nos muestra unos paisajes de la costa francesa de Aquitania que poco tienen que envidiar a los que veíamos en Hawaï con “Los Descendientes”. Si hay algo que tengo que echar en cara a la película es que le falta un poco de agilidad en sus diálogos.
Así “Pequeñas mentiras sin importancia” se convierte en una película idónea para disfrutar y, también, para pensar si la crítica que Guillaume Canet realiza en el film nos pilla tan lejos... Por cierto, mucho mejor si podéis disfrutarla en versión original!
Buenas noches y buena suerte ;-)
Ginebra
Fuente imágenes y vídeo: Youtube
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