Este cuento lo compramos en la famosa librería La Feltrinelli en Roma este pasado verano, por eso lo tenemos en italiano. No es el único que compramos para Sunflower, pero éste es muy especial, una auténtica joya, y además existe su versión en castellano.Cuando me enteré que su autor, Leo Lionni, lo creó e ilustró hace más de cincuenta años (en 1959) no podía creerlo. Al comprarlo me pareció de lo más fresco y actual, muy en la línea del nuevo paradigma de la educación.
La idea de este libro surgió cuando el autor viajaba en tren, y con la intención de entretener a sus nietos, se le ocurrió contarles una historia improvisada con trozos de papel de colores, formando una especie de collage.De ahí a este maravilloso libro.La narración versa sobre cómo dos amigos, pequeño azul y pequeño amarillo, se vuelven verdes sin querer y todo lo que tienen que pasar para volver a su color natural. Con un texto directo, y unas imágenes sencillas pero de gran fuerza visual, y unos protagonistas con los que los niños se pueden identificar fácilmente (pues tienen una mamá y un papá, van al parque a jugar, y al cole…), leerlo es un placer. Es increíble como con tan solo unas simples manchas de colores podemos imaginar claramente una familia, una escuela, una montaña,… y seguir el hilo de la historia con deleite. Y es que lo que parecía saber Leo Lionni muy bien, y considero que era un pionero en esto, es que para estimular la imaginación y la creatividad lo suyo es ofrecer al niño una imagen que no esté acabada, para que él la termine según lo que siente y piensa en ese momento. Por eso los muñecos de la pedagogía Waldorf (como la escuela de Suflower) no suelen tener rostro, por ejemplo, y no apoyan los juguetes de plástico totalmente definidos, ya que el niño no puede aportar nada de su propia cosecha.Sunflower adora este libro, y suele cogerlo y leerlo ella sola, recordando las frases a su manera. Pero es muy divertido contemplarla.
Además es un libro que a parte de enseñarte la magia de mezclar los colores, te invita también a jugar, y varias veces ya hemos jugado a representar el cuento sobre la mesa de luz, bien con papeles de seda o con papeles que ella misma pinta y recorta.
Si te apetece conocer más sobre este libro mágico, que muchos califican como la “obra de un maestro”, puedes encontrar más información en la editorial o comprarlo aquí<<...Un día, Mamá Azul le dijo: “Tengo que salir, espérame en casa”. Pero Pequeño Azul se fue a buscar a Pequeño Amarillo a la casa de enfrente. La casa estaba vacía. ¿Dónde estaría Pequeño Amarillo? Le buscó por todas partes… Hasta que de pronto, a la vuelta de la esquina, ¡allí estaba Pequeño Amarillo! Muy contentos se abrazaron, se abrazaron tan fuerte…–Leo Lionni>>
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