Barcelona ya se encuentra en Japón para disputar el Mundial de Clubes. En la expedición culé sobresale un integrante con el que nadie contaba hace un par de meses: Isaac Cuenca. Hoy, el oriundo de Reus sigue los pasos de Pedro Rodríguez, otro producto de La Masía que a base de esfuerzo logró ser pieza fundamental del mejor equipo de la historia.
Cuenca siempre despuntó por su habilidad con el balón en los pies y su extraordinaria técnica, pero su limitado desarrollo corporal lo obligó a cambiar varias veces de equipo hasta encontrar su sitio definitivo en Barcelona. Al igual que Pedro, el responsable de su progresión es el máximo referente de la institución catalana: Josep Guardiola.
Además de su habilidad para el uno contra uno y su depurado control, lo que deslumbró a Pep de Cuenca fue su inteligencia táctica. No es común que jugadores desgarbados y gambeteadotes se adapten con facilidad a un sistema con obligaciones tan marcadas como las del esquema blaugrana. Este diestro de 20 años puede desempeñarse sin problemas como extremo o media punta, y como sucede a menudo con los cracks del ‘free style’ posee un talento diferente para golpear el balón con ambos perfiles.
A diferencia de otros juveniles de La Masía como Deulofeu y Sergi Roberto, Cuenca no tuvo desde pequeño el seguimiento constante de la prensa catalana. El encuentro con la presión que conlleva formar parte del primer equipo no lo afectó en lo más mínimo, de hecho en cada intervención ante los medios destaca su pertenencia al filial y su objetivo de colaborar cada vez que Pep requiera sus servicios. Precisamente Guardiola demostró en el último clásico que su abanico táctico y estratégico no tiene límites, hecho que permitió la inserción de Cuenca en una plantilla que ya contaba con Messi, Villa, Pedro, Cesc y Alexis Sánchez, 5 jugadores consagrados y capaces de ocupar cualquier puesto en ataque.
Con la cabeza puesta en mantenerse en el primer equipo, Cuenca -que podría conseguir esta semana su primer título- trabaja sabiendo que deberá aprovechar cada oportunidad que se le presente. Hasta el momento Guardiola no ha fallado cada vez que promovió canteranos, y todo indica que por sacrificio, talento y mentalidad Cuenca no será la excepción.