Revista Cultura y Ocio
Hace ya mucho, pero mucho tiempo que se emplea en las aulas de Infantil y Primaria o cuando se enseña Lenguaje Musical. Se trata de captar y desarrollar el sentido del ritmo golpeando con la mano en la mesa, dando palmas, pitos, golpes con los pies en el suelo, palmadas en las rodillas, piernas o brazos… Y, a partir de aquí, todo lo demás: utilizando vasos de plástico, cacerolas, cubos, contenedores de basura (vacíos, claro) o lo que sea. En grupo impacta más y con los ruidos de la percusión corporal se puede hasta crear la ilusión de la lluvia o de una tormenta, como en este vídeo:
Es interesante misionar actuaciones de profesionales, de artistas callejeros que le dejan a uno impactado, y también de clases enteras de primaria y secundaria que, a fuerza de ensayos, consiguen conjuntarse muy bien. Basta con poner lo que queramos en Internet: “percusión corporal”, por ejemplo. Ahora es más sencillo que antes, no porque tengamos más sentido del ritmo, sino porque hay multitud de tutoriales en vídeo; de muchos niveles y muchos estilos, pero suficientes para que cada cual pueda aprender y practicar solo, con sus amigos o con su clase. Aunque no entendamos el idioma del vídeo, no importa: una imagen y un montón de golpes (hechos con ritmo y despacio) valen más que mil palabras.