La soledad es un sentimiento natural que, sin embargo, puede convertirse en un fantasma que limita la existencia de un ser humano cuando ese miedo es una especie de chantaje que una persona se impone a sí misma. Así ocurre, por ejemplo, cuando mantenemos relaciones de amistad con las que no nos sentimos realmente bien por el temor de quedar excluidos fuera del grupo.
Del mismo modo, ese miedo a la soledad también puede condicionarte de una forma negativa cuando, ante el miedo al rechazo, el temor al qué dirán o ideas de este tipo, una persona no se atreve a decir su opinión sobre un tema o dice sí cuando en realidad, hubiese querido decir no.
Los amigos verdaderos son un regalo pero para encontrarlos tenemos que estar dispuestos a asumir riesgos. Uno de esos riesgos es convivir con momentos de soledad dejando de lado a personas que realmente, no conectan contigo.
¿Cómo perder el miedo a la soledad?
1. Uno de los pasos más importantes para superar este temor es potenciar la autonomía personal y la independencia en la toma de decisiones y en la realización de actividades cotidianas. Ir al cine en solitario puede ser una experiencia tan gratificante como ver una peli en compañía. Comer en un restaurante en soledad puede ser la ocasión fantástica para tener una cita perfecta con la persona más importante de tu vida: tú.
2. No te quedes estancado en relaciones personales del pasado que terminaron. La nostalgia es humana, sin embargo, también es un gesto de inteligencia emocional aceptar de una forma natural que en ocasiones, los caminos de dos personas se unen en un punto y se separan en otro. Reflexiona sobre estas experiencias para obtener lecciones de vida que sean muy valiosas en tu presente.
3. Afronta la soledad como un hecho inevitable. Aprende a cuidar de ti mismo. Por ejemplo, en un momento de soledad vivido de una forma pesimista en el que una persona puede darse muchos mensajes negativos conviene frenar esta tendencia a través de pequeños gestos de higiene mental: escuchar música, salir a dar un paseo, leer un libro, escribir en un diario, cocinar una receta especial para darte un premio… Son pequeños gestos que pueden ayudarte a transformar un momento de soledad en una oportunidad de encuentro contigo mismo.
4. Participar en un taller sobre crecimiento personal también es una oportunidad fantástica para potenciar la introspección y conocerte mejor a ti mismo. Al mirar con amor en tu interior, descubrirás que no estás solo: te acompañan recuerdos inolvidables, aprendizajes de vida y la huella de tantas personas que han dejado un recuerdo positivo en ti.
5. El contacto con la naturaleza te permite conectar con el sentimiento de trascendencia, respirar aire puro y recargar las pilas. En un día de desánimo, es muy saludable improvisar un paseo para caminar por una zona verde. En ocasiones, nos sentimos solos incluso, sin estarlo realmente.
6. ¿Qué puedes hacer a partir de ahora para disfrutar más de tus momentos de soledad? ¿Qué objetivos personales quieres marcarte para superar tus propios miedos?
Un proceso de coaching puede ser una buena herramienta de ayuda para mejorar las relaciones personales, conocerte mejor a ti mismo e iniciar el nuevo año con una actitud proactiva.
Maite Nicuesa para 3Contigo Coaching.
Coaching personal, profesional y para la salud en Madrid y Figueras.