"Entre los dos ha habido ese tiempo en el que nada contaba, salvo el Otro, solo él, su piel, el abismo del deseo. Cómo podría la escritura traducir esto, siempre estará por debajo. Y sin embargo es todo lo que tengo cuando él está ausente."
Pero de todas formas Ernaux no puede evitar plasmarlo todo en un diario privado y luego público, puesto que su vida es la principal materia prima de "esta necesidad que tengo de escribir algo peligroso para mí, como la puerta de un sótano que se abre, donde hay que entrar cueste lo que cueste". Además, escribir le sirve para rellenar ese inmenso vacío que le sobreviene cuando no sabe si va a volver a ver al amante. En segundo término, la historia de aquel tiempo transcurre, el comunismo se tambalea y eso empieza a perjudicar a esta relación. A él seguramente, como ella intuye, no le afectará demasiado la separación, puesto que ella no ha sido más que una historia divertida y erótica sin ninguna implicación sentimental. Ella sufre y lo necesita más cuanto peor él se comporta, incluso cuando su actitud bordea el desprecio. Todo ello plasmado en unas páginas repletas de sufriente ansiedad que a la vez son muy humanas y pura literatura.