Revista Arte

Perdí dos

Por Loracueto
Por: Eduardo Lora Cueto… Para Valentina Aduen, por confiar en mi direccionamiento estratégico. 
Si alguien de mi círculo social quiere saber a qué dirección llegar y de la manera más económica, suele recurrir a mí, porque al parecer, sé de memoria cada una de las calles que recorren las rutas de buses en Barranquilla, aunque aclaro antes que muchas las han extinguido y otras, cambiaron su rumbo. 
Intentando ir al evento organizado por la cinemateca llamado: EUROCINE en la Fundación Casa de Hierro (Carrera 50B con calles 42 y 43), Valentina y yo cogimos un bus de Puerto Colombia confiados que la calle 42, quedaba antes que la Murillo, que es la 45; por eso nos quedamos algo tranquilos, pues al cruzarla a las 7p.m cualquier cosa puede pasar. La Murillo es como aquel muro que en las noches divide la luz de la oscuridad, no sé si lo han notado, pero por esa zona, las luces son opacas.  
Mi sentido de direccionamiento estratégico estaba un poco perdido ese día, quizá la clase de Relaciones Públicas III no ha sido útil, o quizá no entienda el término, pero ya estábamos en la cra 54 con calle 45 y el bus no cruzó a la izquierda, simplemente traspasó a gran velocidad la parte baja del puente y enseguida conectó con la vía 40. Indigentes, oscuridad y soledad acompañaban todo ese sector desde la Aduana hasta el Parque Cultural del Caribe. 
-Edu, no me digas que… -Vale, la 42 ya la pasamos, bajémonos aquí-¿Cómo se te ocurre hey?... 
Tanto era el peligro, que el ayudante del chofer del bus nos aconsejó que esperáramos llegar a la estación del Transmetro llamada Barranquillita. Y así fue, en medio del susto y de los golpes de Valentina, pagué con mi tarjeta y nos dirigimos a una fila que decía S1, queriendo llegar a la estación de La Catedral, ahí, tomaríamos otro bus para nuestras casas.  Éramos 2 decepcionados por vivir nuestra propia película, sin ver la que esperábamos.Pasaron 3 buses y la gente era tanta y aún no llegaba nuestro turno. Hubo discusiones con el vigilante por dejar montar al bus gente que no estaba en fila, robos de puestos, gritos, niños llorando, etc., y aún estábamos equivocados, hasta que se me ocurre por salir de la fila y ver el mapa: S1: Portal de Soledad. 
Imaginen mi sufrimiento: ¿Cómo decirle a Valentina que habíamos perdido más tiempo?, me ganaría o un golpe o un pellizco. Y así fue cuando oyó que le pregunté a la persona guía, la cual me respondió: “Deben tomar el R1, y mira ahí va”, pero correr no fue suficiente. 
Al final del caos, llegamos, entramos al Portal del Prado, comimos un helado, me gané miles de insultos y le prometí publicar este post. Ya ven, no hay nada más valioso que el tiempo, así como se lo hice perder a Valentina, sin querer, espero que no exista motivo humano que haga perder el mío, podría reaccionar peor o quizá calle para ocultar mi ira. 
Y así fue como perdí dos buses, pero acepto, se percibe en el ambiente del Transmetro algo de seguridad. Y me di cuenta que debo revisar mejor los términos de direccionamiento estratégico, estoy algo perdido, de pronto es que no quiero ser un periodista organizacional. 
Nota: En el Portal del Prado vimos una nueva máquina que no está dentro del baño. Esta arroja líquido antibacterial y cuando Valentina intentó presionar el botón, la asusté de una manera tan divertida que me gané otro puñito. 
¿Qué quieres que el baúl saque a flote?... Envía tu respuesta a: [email protected]

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