Revista Cultura y Ocio

Perdidos de España

Publicado el 02 junio 2019 por María Bertoni
Perdidos de EspañaAlmudena Carracedo y Robert Bahar ganaron, entre otras distinciones, el premio Goya al mejor documental en la 33ª entrega que tuvo lugar el sábado 2 de febrero de 2019.

En el 18º Festival Internacional de Cine de Derechos Humanos se proyectó una sola vez en calidad de estreno argentino, así que es posible que El silencio de otros vuelva a exhibirse en Buenos Aires. Debería ayudar el dato de que Agustín y Pedro Almodóvar coprodujeron el documental de la española Almudena Carracedo y del estadounidense Robert Bahar sobre la querella que sobrevivientes y familiares de víctimas del Franquismo iniciaron en nuestro país contra los verdugos al servicio del Generalísimo.

Carracedo y Bahar se montaron al hombro la titánica tarea de visibilizar la porción de Historia que el statu quo español ocultó desde 1977, mediante la Ley de Amnistía y el consecuente Pacto de Olvido. Los realizadores convirtieron en punta de lanza la demanda que un equipo de abogados encabezado por el argentino Carlos Slepoy presentó el 14 de abril de 2010 en Buenos Aires para pedir que se investigue los crímenes de lesa humanidad cometidos por orden del caudillo Francisco Franco, se identifique a los responsables todavía vivos y se los sancione penalmente.

La dupla autoral reconstruye el pasado silenciado con el testimonio de algunos querellantes, y con filmaciones y fotografías tomadas en tiempos de dictadura y de transición democrática. Esas mismas declaraciones también sirven para describir un presente condicionado por la negación de aquel horror y por un sufrimiento tan imprescriptible como los crímenes que lo causaron. Refuerzan el fresco segmentos de informes televisivos y entrevistas a ciudadanos que dan cuenta del daño social que provoca la desmemoria impuesta desde el Estado.

Lleva alrededor de 450 horas seguidas revisar el material recopilado a lo largo de seis años. Con sensibilidad y con un indiscutible sentido de la pertinencia informativa y de la perspectiva histórica, Carracedo y Bahar supieron convertir ese crudo en una película de noventa minutos de duración, a la vez reveladora, concientizadora, conmovedora e inspiradora.

Como Joshua Oppenheimmer cuando filmó El acto de matar y La mirada del silencio, la pareja de realizadores pone en evidencia la falacia que reduce el ayer y el hoy a dos compartimentos estancos. A diferencia del colega atento al genocidio indonesio de 1965 y 1966, los ganadores del Premio Goya al mejor documental pueden mostrar indicios de reparación institucional: lo hacen cuando registran el avance de la causa en manos de la jueza María Servini de Cubría y la atención que la prensa española le presta progresivamente a la “Querella Argentina”.

Asimismo vale relacionar El silencio… con The Code de Carles Caparrós y Alberto Pascual. Este otro documental español de reciente factoría gira en torno a dos elementos mencionados al pasar en el largometraje de Carracedo y Bahar: el concepto de “justicia universal” y la labor fundamental que realiza el ex juez Baltasar Garzón.

La película que se proyectó el jueves pasado en el marco del 18º FICDH impacta por partida doble en el público argentino. Por un lado, conmueve el rol protagónico que nuestro país juega en esta historia. Por otro lado, la experiencia española muestra el daño que nosotros también habríamos padecido si nuestra sociedad hubiese acatado las consignas de olvido y perdón que impulsaron las Leyes de Obediencia Debida y Punto Final sancionadas durante el gobierno de Raúl Alfonsín y los indultos decretados por el sucesor Carlos Menem.

En este lado del Atlántico, golpea directo el derrotero de María Martín y Ascención Mendieta Ibarra para recuperar los restos de su madre, la primera, y de su padre, la segunda. La lucha incansable de estas mujeres octogenarias emociona tanto como la búsqueda que madres e hijos de nuestros desaparecidos llevan adelante hace décadas. En este marco, El silencio de otros evoca el recuerdo de La memoria de los huesos del argentino Facundo Beraudi.


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