Una simple invitación para presentar uno de los premios importantes de la noche le habría bastado a la Academia del cine español para tener a Javier Bardem y a Penélope Cruz en la ceremonia de entrega de los premios Goya. Sus forzadas nominaciones, además de dejar fuera del póquer de elegidos a candidatos que realmente lo merecían, resultaron tan innecesarias como extemporáneas.
Cuentan que tras rodar juntos Los lunes al sol en 2002, Fernando León de Aranoa y Javier Bardem comenzaron a desarrollar el proyecto de un filme biográfico en torno a Pablo Escobar, fundador del Cártel de Medellín. Al no encontrar el material adecuado ni el momento preciso, la empresa fue retrasándose en el tiempo apareciendo entre tanto en torno al personaje series de televisión, la más renombrada, Narcos, con el brasileño Wagner Moura en la piel del Patrón del Mal; varios documentales y una película, Escobar: Paraíso perdido, donde, a pesar de su papel secundario, Benicio del Toro helaba la sangre con la encarnación del capo colombiano.
En 2007 se publicó un libro que suscitó el interés de ambos; Amando a Pablo, odiando a Escobar; en el que la periodista Virginia Vallejo contaba su relación romántica con el narcotraficante y que ha acabado siendo la base de lo que aquí se cuenta. Aún así, distintas circunstancias fueron retrasando el momento de una filmación que, en las condiciones en las que se ha realizado, probablemente habría sido mejor no llevar a cabo.
Todo huele a precipitación al comprobar el decepcionante resultado final de una cinta que despertaba gran interés y enormes expectativas, tanto por la entidad de sus protagonistas como por el prestigio del realizador. A uno se le empiezan a caer los palos del sombrajo cuando escucha los primeros diálogos, no en la lengua de Cervantes, sino en la de Shakespeare; algo extraño, forzado, contra natura, acabamos de empezar y ya nos estamos desenganchando. Por mucho que el carácter de Escobar fluctuase entre lo monstruoso y lo vodevilesco, no resulta verosímil en ningún momento el barroquismo del que Bardem viste a su personaje; tan excesivo él como Penélope Cruz, terminan pasados de vueltas en unas sobreactuaciones que no funcionan ni convencen. Como tampoco lo hace el tono seudocómico, en contraste con las brutalidades que narra, de un guión fallido a todas luces con ese macarrónico inglés plagado de juramentos en español. En este caso la versión doblada le va a hacer un gran favor al largometraje.
Parece evidente que se ha rodado (y montado) a matacaballo. Da la sensación de prisa, de «lo hacemos ahora o lo dejamos pasar de largo», de que habría sido necesario más y mejor trabajo de preproducción. El resultado: dos de las peores interpretaciones de Bardem y Cruz y ni rastro de la personalidad de León de Aranoa. Algo aséptico, alimenticio y cercano a lo chapucero, nada que ver con lo anterior del director, la mucho más sencilla, mejor preparada, realizada e interpretada Un día perfecto. Un patinazo en toda regla para estos tres ilustres del cine español.
Copyright del artículo © Manu Zapata Flamarique. Reservados todos los derechos.
Copyright imágenes © Amazon Studios, Big Indie Pictures, Cinetic Media, Detour Filmproduction. Cortesía de Vértigo Films. Reservados todos los derechos.
Loving Pablo
Dirección: Fernando León de Aranoa
Guión: Fernando León de Aranoa, basado en el libro autobiográfico Amando a Pablo, odiando a Escobar de Virginia Vallejo
Intérpretes: Javier Bardem, Penélope Cruz, Peter Sarsgaard
Música: Federico Jusid
Fotografía: Alex Catalán
Duración: 123 min.
España, Bulgaria, 2017
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