Revista Arte

Perdidos en sus pensamientos

Por Marcelo Caballero

 “Si tus fotos no son lo suficientemente buenas es porque no te has acercado lo suficienteRobert CapaLa famosa frase atribuida a Capa recuerda, en mi opinión, cuál es el posicionamiento más adecuado que debes utilizar para recrear una imagen con tu cámara y así transmitir lo que deseas. Y allí, ya tenemos un problema. Ya que debemos resolver esa entelequia visual preguntándonos: ¿cómo deseamos representar una fotografía a través del rectángulo de la cámara?Eso mismo se preguntó Harry Callahan a mediados de los ’60 del siglo pasado. Este maestro de la fotografía, educado en el corazón de la New Bauhaus de Chicago, necesitaba una renovación compositiva en sus fotografías de calle. De alguna manera, ese estímulo lo encontró, fascinado por la energía aleatoria que desprendían las fotografías urbanas de Garry Winogrand. Sin embargo, Callahan se renovó totalmente cuando se encontró con el trabajo de Balthus, principalmente por la sensación de casualidad y aleatoriedad que transmitiía un cuadro en especial: The Street.

Perdidos en sus pensamientos

(c) Balthus. The Street, 1933


Le gustaba ese cuadro a Callahan porque no tenía interés en enfrentar “de cerca” a la gente en la calle. Bastaba sentir en ellos una sensación de soledad parecida a la suya. Su interés por las personas "perdidas en sus pensamientos" provino de la apreciación de Callahan de la ciudad como un lugar de privacidad y ensueño. Y en eso estaba cuando se encontró con ese cuadro de Balthus que dio con la tecla.


Perdidos en sus pensamientos

(c) Harry Callahan. Providence, 1968

Los peatones de Balthus comparten con la proximidad física, la distancia emocional y la auto absorción individual de Callahan. El orden clásico subyacente de la pintura de Balthus también es paralelo a la búsqueda de Callahan de la estructura geométrica en el flujo de la aleatoriedad y el desorden.

Perdidos en sus pensamientos

(c) Harry Callahan. Portugal, 1982

La desconfianza de Callahan hacia el sentimiento y la anécdota significaba que sus imágenes serían historias frescas y no dramáticas del devenir constante de la ciudad. Técnicamente comenzó a usar, con más asiduidad,  gran angulares con distancias focales más cortas (de 28 a 24 mm.) y ello le ayudó a “dar un paso atrás” para lograr esa atmósfera urbana como suspendida en el tiempo.

Perdidos en sus pensamientos

(c) Harry Callahan. Egypto, 1978

Lo de Callahan es ejemplificador porque hay que intentar renovarse constantemente en la composición, hay que tener la mente siempre abierta a otras disciplinas artísticas y, principalmente hay que saber elegir la distancia idónea de proximidad a la escena y así reflejar lo que cada uno tiene adentro. Y no hablo sólo de fotografías, hablo de narraciones visuales encaminadas al proyecto.En ese sentido, la frase de Capa cobra sentido.


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