Situados en
un momento de nuestra existencia, nos vemos envueltos en una inmensa oscuridad
que nos genera miedo, confusión, sin saberlo estamos en el ocaso de nuestra
experiencia como humanos.
Ahí todo se
distorsiona mas de lo habitual, nos enfurecemos con nosotros mismos queriendo
salir de esa jaula donde nos encerramos nosotros mismos. No hallamos la salida,
en verdad nos aferramos a la idea de un encierro por miedo. No hay espejos, no
hay puertas, es una jaula hecha por nosotros mismos donde construimos muros sin
darnos cuenta y la luz nos parece tan lejana.
En esa
oscuridad nos encontramos a nosotros mismos, estamos repletos de miserias y de grandezas,
pero solo en ese cuadrado oscuro, vemos lo que nos falta, lo que anhelamos y no
somos capaces de romper esas cadenas para ir tras aquello que nos merecemos.
Nos aferramos
a esos muros infinitos, maldiciendo su existencia, queriendo romper cada ladrillo
que está ahí entorpeciendo nuestro paso. Es ahí cuando ya llenos de esa
oscuridad, algo sin motivo nos esta empujando, nos mueve unos milímetros obligándonos
a observar al otro punto que estaba invisible. Ahí, cuando lo observamos, esta
esa esfera de luz que alumbra sin motivo. Dudamos de aquello, creemos que es una
simple ilusión óptica, pero no. Ahí esta para sacarnos de ese pozo oscuro y
bañarnos con su luz.
Caminamos
con temor, todavía sentimos que esa jaula es el mejor lugar en donde podemos
estar, pero vamos dejando en el camino cada miedo, sentimos como poco a poco se
empieza a derrumbar ese muro infinito y se llena de polvo nuestro camino.
Tropezamos con las piedras, pero ahí seguimos, caminando hacia esa luz que nos
invita a intentarlo una vez más.
Cuando por
fin estamos preparados para atravesar aquel portal, vienen a nosotros todas
esas imágenes. Como flashes que nos ciegan. Ahí vemos pasar cada una de
nuestras vivencias, los momentos de dolor, alegría, superación. Estamos esperando
que termina, pero no, son esos recuerdos infinitos que traemos con nosotros y jamás
se detienen. Sentimos el impulso de ir a tocar ese halo luminoso, nos acercamos
tímidos, pero cuando estamos frente a él, absorbemos toda esa energía que nos
absorbe transportándonos a un nivel mucho mas profundo.
Llegamos en caída
libre a ese nuevo estado de conciencia, nos queremos agarrar de algo mientras caemos,
pero lo único que hay son imágenes que se desvanecen. Nuestra caída se provoca
de forma abrupta y nuestro cuerpo no sufre ningún rasguño. Estamos enteros en
un lugar desconocido pero que nos es familiar. A lo lejos se oyen risas, voces.
Los acordes de un piano nos arrastran hacia el centro, donde nos descubrimos. Con
otras formas, otros cuerpos, seguimos aquí. Elevándonos cada vez mas hacia ese escalón
supremo donde nos coronamos. Pero faltan todavía tanto para ese momento, que
solo nos detenemos a disfrutar del momento. Festejamos que una vez volvimos a renacer
en la tempestad.
Cancion: Losing your memory
Artista: Ryan Star