Las perdices de patas rojas conforman un grupo de especies que viven en torno al mediterráneo y que suponen un claro ejemplo de especiación evolutiva. Son 4 especies cuyas áreas de distribución se sustituyen una a la otra sin solaparse, existiendo varias diferencias morfológicas en el plumaje que las distinguen. La especie que se encuentra en la península Ibérica es la perdiz roja Alectoris rufa, de plumaje muy llamativo.
Así, el color de la corona es gris en el pico y castaño en el resto. El cuello es blanco con una franja negra del collar sin colgar. En los flancos tiene una sola lista transversal y las plumas de sus flancos son con la base gris azulada y de un blanco muy intenso, puro negro o marrón oscuro.
Perdiz roja (Alectoris rufa)
Originalmente la perdiz roja se distribuye por Iberia, centro y sur de Francia, noroeste de Italia, Islas Baleares y Córcega. En Asturias se encuentra normalmente por la media y alta montaña, pudiendo vivir a bastante altitud. Los ejemplares silvestres se corresponden con la subespecie hispanica, del noroeste de la Península Ibérica, que se caracteriza por el gris pizarra de la frente, aspecto rojizo de la espalda y tonalidades brillantes en pico y patas. Estas características se corresponden con dos ejemplares que pude ver y fotografiar hace unos días en una sierra de Tineo.
Se trataba de dos ejemplares adultos acompañados de sus pollos o "perdigones", que eran bastante pequeños. Esto es bastante extraño, ya que la estación de cría de la perdiz está finalizando, y las crías son ya grandes, aunque permanecen mucho tiempo acompañando a sus progenitores, formando bandos para pasar el invierno. Probablemente se trate de una segunda puesta, que no es lo más habitual en estas aves pero tampoco rara. Sólo pude sacarle una foto a uno de los perdigones junto a un adulto, (se le ve a su izquierda), escondiéndose muy bien entre la hierba.