Venía escuchando la radio en la cadena ser cuando uno de los tertulianos ha declarado que si la prórroga del estado de alarma se prolonga hasta después de las navidades para garantizar la tranquilidad, a él le parecería bien.
Supongo que el señor tertuliano se habrá parado a pensar que después de las navidades, vuelve el ciclo del tiempo… una semana santa.. un verano… esas cosas tan tontas que tiene el calendario. Y no se yo muy bien porqué, siguiendo su sesuda reflexión, no habría de prolongarse hasta terminar la temporada de verano. Íbamos a garantizar “la tranquilidad” sine die.
Lo que pasa es que a mi, tanto el estado de alarma como el tertuliano, me tranquilizan más bien poco. Lo mismo me pasa con este gobierno que tanto se esfuerza. Cada vez que hace algo, me intranquiliza un montón.
En este esperpento de puente, visto desde la perspectiva, lo más asombroso para mi han sido los jaleos. Supongo que entra dentro del circo en el que se ha convertido la política, pero yo sigo sin entender porqué algunos palmeros aplauden como si hubiera un regidor sacando un cartel indicando “aplauso” sin ser capaces de tener un mínimo de autocrítica y de perspectiva política.
La ilegal (ilegal de conformidad con nuestras leyes) reacción de los controladores ha supuesto una desmedida, (y discutible desde el punto de vista de la legalidad) reacción del gobierno, al parecer ávido de tener que demostrar golpes de efecto para intentar demostrar que manda algo. Si la fuerza que han empleado con un conflicto laboral la hubieran empleado con “los mercados”, otro gallo nos cantaría y si hubieran gestionado correctamente tanto en Aena como en Fomento, no hubiéramos llegado a este punto.
Así que como decía aquél, perdonen que no me levante a jalear como se militarizan los conflictos laborales y como los señores tertulianos añaden un poco de ignominia a la vida pública añorando, al parecer, alguna placidez de antaño.
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