Pérez Reverte, Dragó… La ‘revolución varonil’

“Moratinos adornó su retirada con un lagrimeo inapropiado. A la política y a los ministerios se va llorado de casa (…) Ni para irse tuvo huevos”. Les suenan estas palabras… Sí, son del escritor y ex corresponsal de guerra, Arturo Pérez Reverte, un tipo duro que en los últimos días en la red social Twitter ha personificado esa tendencia de los hombres a demostrar en público que tienen testosterona suficiente para un ejército. Calificó al que fuera ministro de Exteriores como “perfecto mierda” por permitir que se le llenaran en público los ojos de lágrimas en su despedida… Como le ocurre a muchos de estos sarcásticos provocadores, confunde la ironía o la gracieta con la falta de respeto. Hoy está muy en boga eso de ser políticamente incorrecto, adornar tus discursos con insultos o utilizar la polémica para llegar a mucha más gente… Alimentan sus egos con las reacciones (que hablen de mí, aunque sea mal…) y disfrutan con verse entre los temas estrella del día. Pero eso tiene sus riesgos: hay momentos (y este es uno de ellos) en los que te pasas de frenada y metes la pata hasta el corvejón.

Pero el ejemplo de exceso de testosterona del duro escritor no es el único que hemos conocido en los últimos días. Ahí está otro grande de la pluma de este país, Fernando Sánchez Dragó, que decide fanfarronear con una noche de locura con “dos lolitas de 13 años” en Japón a las que se “trajinó”. Y no sólo no se avergüenza de ello, sino que lo cuenta en un libro, décadas después, pues el delito ha prescrito. Da todo lujo de detalles, que yo les voy a evitar para que no sufran las profundas náuseas que un servidor ha tenido que aguantar. Viendo la que le se le vino encima en unas horas, el hombre dijo que era un farol que, en realidad, fue un “coqueteo sin importancia”. Que se trataba de un relato literaturizado sobre un episodio vivido en el país del sol naciente. Tengo muchos adjetivos en la cabeza, pero creo que ustedes también los tendrán como yo, por lo que lo dejo a su libre elección. Lamento profundamente que, si finalmente tuvo ese deleznable 'trajín', haya medido los tiempos tan bien para no pagar por ello. Sin embargo, lo que no ha prescrito es, como dice el Gran Wyoming, ser “un sinvergüenza”.
Y ahí no queda la ‘revolución varonil’ de los últimos días. Y es que, no se nos olvida esa profunda valoración del alcalde de Valladolid sobre la nueva ministra de Sanidad, Leire Pajín. Decir que repartirá “condones a diestro y siniestro” y que cada vez que ve esos morritos piensa en lo mismo  es lamentable. Pero es más lamentable aún que el presidente del PP, Mariano Rajoy, le envíe un sms para mostrarle su apoyo y corra un tupido y vergonzante velo sobre esta demostración de que los machotes hoy están de moda.
Es un gusto contemplar cómo en una sociedad supuestamente moderna aún tengamos casi la obligación de sacar a relucir esa testosterona que tanto nos sobra para sentirnos un poco más hombres.

Village People - Macho Man (version longue)
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