Pericles, estadista griego del siglo V a. C. El apogeo del devenir cultural y político de Atenas coincide con el período en que Pericles ejerció la dirección del gobierno de la ciudad. Su labor de estadista estuvo dirigida a la consolidación del dominio soberano del pueblo, con lo que creó las bases de la primera democracia de la historia de Occidente. Supo ampliar y sostener el ideal de justicia del partido popular, al que dirigió durante muchos años y con total subordinación de sus intereses personales. Admirado por las clases populares y muy criticado entre los aristócratas, ha prestado su nombre al siglo que lo cobijó, el siglo de Pericles.
Acontecimientos importantes en la vida de Pericles
495 a.C. Nace en Atenas.
461 a.C. Alcanza la jefatura del partido popular
459-446 a.C. Dirige las operaciones militares contra Esparta.
451 a.C. Sanciona la ley de ciudadanía.
443 a.C. Es elegido estratega, cargo que ocupa hasta su muerte.
429 a.C. Muere a causa de una epidemia de peste.
Heredero de una familia de vasta tradición democrática, Pericles fue hijo del general Jantipo, el vencedor de Micala, y de Agaristé, la sobrina del reformador Clístenes. Por línea materna descendía de los alcmeónidas, que a pesar de ser miembros de la vieja nobleza ateniense se habían destacado en la lucha contra el tirano Pisístrato. Era el segundo hijo del matrimonio, y se cree que había nacido en el 495 a.C. Un célebre busto de Crésidas muestra su gallarda cabeza tocada por un casco, el cual, según las mofas de los autores cómicos de la época, escondía un peculiar cráneo en forma de cebolla. Sus maestros, entre los que destacaron los filósofos Zenón de Elea, Damón de Oa y Anaxágoras, le enseñaron el poder de la dialéctica y a respetar a los dioses sin caer en la superstición.
El Olímpico, sobrenombre que había merecido por sus inteligentes dotes y brillante elocuencia, comienza a intervenir en la vida política de la ciudad a los treinta años, apoyando al partido popular o democrático en la lucha contra el aristócrata Cimón y en el debilitamiento del antiguo tribunal de carácter vitalicio, el Areópago. En pocos años supo ganarse un sólido prestigio y popularidad, de modo que cuando, en el 461, fue asesinado el jefe del partido popular, Efialtes, Pericles pasó a ocupar su puesto. Desde ese momento dirigió la política ateniense, con el objetivo fundamental de profundizar el sistema democrático mediante leyes que fueron aprobadas por la asamblea popular: amplió el poder ejecutivo, el arcontado —hasta entonces elegido entre los miembros de las dos clases superiores—, a todos los ciudadanos; otorgó una dieta a todos los que participaran activamente en la política del Estado; restringió la ciudadanía a los nacidos de madre y padre atenienses, y estableció el acceso gratuito de los pobres a los espectáculos, entre otras reformas.
En política exterior, Pericles se propuso consolidar la hegemonía de Atenas con respecto a sus aliados de la Confederación helénica, y devolver a Grecia las tierras conquistadas por los persas en su propio territorio y en el Asia Menor, con lo cual se retomó el acceso al mar Negro. Después de firmar en el 449 la paz de Calias con los persas y en el 446 la paz de treinta años con Esparta, Pericles desechó la guerra como método de dominio y utilizó sólo las armas de la paz. Entre sus iniciativas coloniales, la más aventurada fue el envío de una expedición a Tarento, en el sur de Italia, para fundar la colonia modelo de Turi, bajo la dirección del arquitecto Hipódamo de Mileto.
El verdadero poder del Estado había ido derivando hacia el colegio de estrategas, formado por diez generales, uno de cada tribu, que se elegían a mano alzada. Desde que en 443 Pericles alcanzara el cargo de estratega y presidente de dicho consejo, cargo que desempeñó hasta sus últimos días, la preponderancia de Atenas sobre las demás ciudades griegas se basó en su prestigio artístico y cultural. Los trabajos de su amigo Fidias, entre ellos la famosa Acrópolis; el teatro de Sófocles y Eurípides, también el de Aristófanes, que en muchas de sus sátiras ridiculizó al Olímpico, y el desarrollo del pensamiento filosófico a partir de Sócrates, constituyen el gran legado del «siglo de Pericles» a la cultura occidental.
Hombre rico y de intachable honestidad, ofreció empero un blanco a sus enemigos en su vida familiar: Pericles se había casado muy joven con una mujer de edad con quien tuvo dos hijos. Jantipo, el mayor, era dispendioso y solía quejarse de la organización austera que su padre imponía en el hogar. Murió en una batalla, y al poco tiempo falleció su hermano menor en una epidemia. Pericles se separó de su esposa y trajo a vivir a su casa a Aspasia, una cortesana de Mileto de gran inteligencia y belleza. Fue ella la madre de su hijo Pericles (450-406) y la compañera brillante y refinada que participó en todos los intereses intelectuales y políticos del estratega. Los opositores de Pericles iniciaron contra ella y otros miembros del «círculo de Aspasia», como Fidias y Anaxágoras, diversos procesos judiciales. Luego pasaron a atacar la política financiera del Olímpico, pero éste permaneció fiel a sus ideales democráticos sin caer en ninguna tentación totalitaria. Cuando murió, en el 429, víctima de una epidemia de peste, cuentan que dijo a modo de despedida. «Ningún ateniense ha tenido que llevar luto
por mi culpa».