Lo primero que quiero hacer es pediros disculpas por no haber publicado ayer lunes la sexta entrega de la sección Periodismo para reír... o para llorar. La dejé programada el domingo, pero me equivoqué de fecha, cosas que pasan, jeje. Aquí os dejo la entrada tal y como la había preparado para que se publicase ayer.
Feliz lunes y feliz semana a todos y a todas. Espero que hayáis disfrutado mucho del fin de semana. Yo no me puedo quejar. Mi chico y yo aprovechamos el sábado para ir a la mañana a un taller de periodismo y después de comer por ahí, nos pasamos toda la tarde de compras. Después de doce horas fuera de casa, acabamos reventados, pero muy contentos porque ya hemos comprado los regalos de Navidad para la familia y los amigos y encima aprovechamos para autoregalarnos un montón de ropa, jeje. Ayer fue todo lo contrario, casa, casa y más casa. Como estuvo todo el día lloviendo, nos atrincheramos y aprovechamos para dormir hasta tarde, descansar y, sobre todo, ver pelis, leer, escribir y dibujar. Día creativo, como dice mi chico.
Y para que os recuperéis del sábado y del domingo y empecéis muy bien esta semana, aquí os traigo como cada lunes una nueva entrega de la sección Periodismo para reír... o para llorar.
La de hoy es una errata realmente divertida. Como podéis leer, los organizadores de esta romería eran muy considerados y se preocupaban de llevar en ambulancia a las personas mayores con dificultades para andar... ¡y a los decapitados! Todo un detalle, la verdad, porque imagino que los pobres decapitados, sin cabeza y claro, sin ojos, no podían ver por dónde andaban y así es imposible llegar a la ermita... En fin, que me he reído muchísimo con esta noticia, mira que confundir decapitados con discapacitados... ¡al que habría que cortar la cabeza es al periodista!
Abrazos periodísticos para todos.