Después de un fin de semana en el que no he parado quieta en casa porque ha venido a Madrid a visitarnos mi padre y hemos aprovechado para hacer turismo, compras y, sobre todo, callejear y recorrer la ciudad, hoy os traigo la séptima entrega de la sección Periodismo para reír... o para llorar, para que un lunes más empecéis la semana con energía y, sobre todo, con una sonrisa y, si puede ser, incluso con una carcajada.
Después de los pobres decapitados de la semana pasada y de la reseña del Cantar de Mio Cid, hoy volvemos a la misma época con una clase de Historia, aunque no os fiéis demasiado, porque me parece a mí que no vamos a aprender mucho... Como veis, el periodista ha confundido guerras intestinales con guerras intestinas, o lo que es lo mismo, internas, civiles. Vale que las dos palabras se parecen, pero el significado es muy diferente en un caso y en otro... ¿Os imagináis unas guerras intestinales? Menuda porquería tenían que ser...
Abrazos periodísticos para todos.