Revista Ciencia
Durante el desarrollo psicológico existen períodos críticos en los cuales la influencia del ambiente o cultural deja un marca imborrable en el organismo. En acaso de faltar ese momento en la vida del animal, la ausencia de esa influencia no beneficiaría al organismo, además con la falta del rasgo, este no prosperaría. Por otro lado, Erzurumlu y Killackey mencionan lo siguiente: tiempo en que la acción de un estímulo o condición específica interna o externa es requerida para el desarrollo normal. Dos ejemplos manejados son; la presencia de un grupo normal de estímulos visuales para el desarrollo adecuado de la visión y la secreción neonatal de testosterona para el desarrollo de la conducta sexual masculina.
Cavalli-Sforza, mencionan algunos escenarios donde los períodos críticos podrían estar presentes en los humanos; inhibición de las relaciones sexuales entre parejas que se han conocido antes de la pubertad y el lenguaje sólo se puede aprender de manera adecuada en los primeros años de vida mientras que una segunda lengua cuesta más aprender después de la pubertad.
Para el caso de los animales (excluyendo a las personas) a este mecanismo es mejr conocido como impronta. Un pinzón joven, al escuchar el canto de un pinzón adulto puede aprender su sonido para comunicarse mientras que, si no lo hace durante esa etapa no podrá aprender el canto, siendo perjudicial en un desarrollo vital, puesto que es muy intricado este rasgo en las aves. Cosacov, indica que el término impronta significa marca, pudiéndose denotar una variedad de aprendizaje imitativo. De igual manera, expresa que los estudios etológicos, en cuanto al tiempo de receptividad, este puede cambiar de una especie a otra, el autor destaca que de una especie puede tener no sólo uno sino varios períodos críticos; en las aves hay un período crítico para identificar a los miembros de la especie, para aprender el canto exclusivo de su especie y un tercero para diferenciar las hembras de los machos.
Uno de los casos emblemáticos, es el del pato, dicho animal durante las 24 horas de vida selecciona como progenitor al primer objeto visible que se mueve, como instinto de supervivencia, muy bien podría ser yo, o un juguete, creyendo que sería su madre. Este mecanismo lo explicó y comprobó Konrad Lorenz, fundador de la etología. Lorenz, estudió los patrones de conducta de los patos grises silvestres y afortunadamente encontró que la descendencia nacen con un instinto nato, seguir a sus progenitores. Según nos cuentan Rice, en una ocasión Lorenz estuvo presente al instante que se levantó la tapa de una incubadora y el ganso lo primero que vio fue a Lorenz, desde ese momento los siguieron a todas partes, incluso cuando iba a nadar. Fuente de imagen
Las gaviotas, tienen un período para la realizar el nexo entre padre y prole durando entre 1 a 2 días. En caso de no efectuarse este enlace, los padres no cuidan a las descendencia y estas mueren por tanto el éxito hay una reducción en el éxito reproductivo. Las grullas desarrollan una impronta también al nacer. Los pingüinos, es sabido que son aves muy sociales, que viven en parvadas. Cuando uno de los jóvenes no encuentra a su progenitor dentro de la parvada, tienen una comunicación sonora, la cual es establecida durante la incubación y se reafirma durante los primeros días de vida. Así como estos casos, también están cuando los padres enseñan a sus crías a huir de potenciales depredadores, como el caso de los monoRhesus.