Revista Viajes
Periplo estival 2018.- Del Mediterráneo al Estrecho de Malaca.-VIVENCIAS EN MALASIA Y SINGAPUR 7
Por SalpebuVII.- DOS DÍAS POR LOS CAMERON HIGHLANDS, LAS PLANTACIONES DE TE Y LAS DEMÁS ATRACCIONES (7)“Las Cameron Highlands son para los malayos, un lugar de reposo y divertimento entre montañas para disfrutar de un clima fresco, lejos del sofocante calor del resto del país. La altura y la vegetación crean lo que para muchos es la reproducción perfecta -eso dicen- del clima británico. El tiempo en el que Malasia fue colonia británica ya queda lejos, pero en estas tierras se sigue respirando la influencia (no siempre negativa) de colonización. Las plantaciones de té de las Cameron Highlands es una de ellos.Paisajes inmensos y verdes llenos de arbustos de plantas de té forman unas vistas impresionantes. No importa si está nublado o llueve, lo que uno ve allí, es siempre bello… Bueno, si obviamos el detalle de que tuvieron que arrasar la jungla para poder cultivar la tierra, claro.El territorio se descubrió de casualidad, cuando Sir William Cameron las encontró tratando de definir unos mapas de la región que le habían encargado. Las montañas y elevación del terreno llamó la atención de quienes allí llegaron y pronto se plantearon experimentar en aquella tierra para confirmar su idoneidad para el cultivo. La humedad y
la tierra fértil auguraba el lugar perfecto para ser dedicadas a la agricultura. Y así fue.Aparte de otros cultivos como el de la fresa, lo que más fama da a las CameronHighlands son sus plantaciones de té. En ellas, uno puede perderse entre arbustos, recortados y recolectados con formas redondeadas. Como si de un enorme campo de musgo, las plantaciones se extienden más allá de las llanuras. En algunas zonas, las plantaciones suben por las laderas de las montañas en un equilibrio vertical imposible que muchas veces acaba en deslizamiento de tierras. Uno de los mayores problemas de las Cameron Highlands.Para visitar en modo multitudinario están las
plantaciones de té de la compañía Boh. Una de las más famosas y concurridas por los turistas. Su enorme mirador sobre la plantación tiene unas vistas espectaculares. Su degustación de pasteles y tés le hacen la competencia. Aquí además uno puede desencantarse viendo la fábrica de té. Quizá te imagines unos enormes secaderos de hojas de té, trabajo artesanal y tradición, pero en realidad
todo se reduce a un par de máquinas que rompen, fermentan y secan las hojas de té en apenas 2 horas y media, luego una secadora hace el resto y lo deja listo para ser envasado. No hay más.Si se prefiere algo menos concurrido, hay una gran plantación de té en dirección sur desde la población de Tanah Rata. Junto a la carretera, a unos 10 minutos en coche, puedes descubrir el gran mirador que se asoma sobre la plantación de té Barat”(De Internet y otras fuentes)….“La plantación de té BOH (Best Of Highlands) está instalada a 1.505 m de altitud en Cameron Highlands. Fue fundada por J.A. Russel, que llegó a Malasia en 1890 con 7 años de edad, junto a sus padres y sus cuatro hermanos. Comenzó su carrera profesional en el comercio antes de obtener la autorización para cultivar el té en la región. Su prematura muerte, en 1933, obligó a su mujer
Kathleen a tomar las riendas de la empresa. Esta empresa familiar es célebre en la actualidad por la calidad de su té. La cosecha de las hojas de té se
hace cada tres semanas según los lugares. Cada empleado recoge unos 120 kg de té al día y los camiones llevan 9.000 kg a la fábrica. El proceso de fabricación dura entre 12 y 20 horas. Es posible visitar la fábrica donde se procesa el té. Puedes asistir a todas las etapas de preparación: enrollado, fermentación, secado, combinación, separación, etc. hasta el embalaje del producto. Un cautivador olor a té reina en los locales de la empresa... las rutas convencionales. En los alrededores de la plantación Boh, de camino al Mossyforest (bosque de musgo) hay vistas y formas sensacionales. Plantaciones menores y más discretas entre las montañas, mucho menos (o nada) concurridas en las que se puede disfrutar de un bonito paseo, o de la lluvia, según se tercie.”(De Internet y otras fuentes)
…Después de haber bien descansado en nuestro cómodo apartamento de CH Green, y de un desayuno adecuado, ya nos esperaba en el parking del edificio de apartamentos “nuestro” taxista/guía, Rängel, quien emprendió viaje hacia el norte, explicándonos el paisaje, por una carretera sinuosa pero muy concurrida, hasta desviarnos por una vía mucho más estrecha, pero más concurrida aún, que por entre las plantaciones de te, se dirigía a las de la empresa BOH. Las vistas eran impresionantes y deliciosas, pues los verdísimos campos recostados en las colinas ofrecían múltiples tonalidades de verdes en los arbustos del te, que estaban como agrupados en cuadrados, con unas pequeñas senadas o caminitos entre ellos, y eso llegando hasta más allá del horizonte.
Por fin llegamos a la concurridísima factoría Boh, propiedad de una empresa inglesa, antes de su hoy accionista mayoritario, también inglés, y en cuyas instalaciones se nos ofreció una visita guiada para explicarnos el proceso de recolección, tratamiento y secado y empaquetado de las diferentes variedades de te. Muy interesante e ilustrativo. Después de la visita y de una nueva explicación mediante video, accedimos a la tienda/cafetería mirador, en la que degustamos un delicioso te, y nos deleitamos con las vistas desde el mirador. Comprando te, claro está. Una maravilla.Habían transcurrido ya unas tres horas de jornada y nuestro guía nos llevó hasta el jardín de fresas, donde pudimos visionar el cultivo de estos frutos (fresas, es decir, las pequeñas; no el fresón más común en España) y continuamos hasta el jardín de
las mariposas (millares de todas las variedades) y la granja de animales, en la que se nos ofreció una enorme variedad de reptiles, animales, insectos y demás seres vivos de la zona. Ya avanzada la jornada, Rängel nos llevó al tempo budista cercano a Tanah Rata, que nos sorprendió por su grandiosidad y múltiples estancias, lo que propició nuestras fotografías, concluyendo en un templo de religión hindú, muy
diferente al anterior. Al concluir el trayecto en Tanah Rata, Rängel nos anunció que el siguiente día nopodría acompañarnos, porque tenía un compromiso familiar en Kuala Lumpur, pero nos dijo que ya tenía previsto que nos acompañara un compañero suyo, Dean, que podría llevarnos a los lugares que nos faltaran por visitar.Quedamos en Tanah Rata, y acudimos otra vez al restaurante hindú del anterior día, que regentaba la
simpática y bien dispuesta, Maní (madre de varios hijos que trabajaban en el establecimiento) y que nos sugirió una especie de panea ácimos que se cocían a leña, junto con pescados y vegetales. La jornada concluyó comprando los alimentos que nos hacían falta en el apartamento para desayunar, y
el propio Rängel nos condujo a nuestro retiro, ya avanzada la noche. En nuestro alojamiento disfrutamos de un brindis con el vodka comprado el día anterior, y nos congratulamos del bello día y de las interesantes experiencias de las que habíamos gozado en ese rincón tan precioso de los Cameron Highlands.
Y aun nos faltaba el siguiente día...SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA
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