Imagínate que hace un año hubieras empezado eso que querías hacer. Por ejemplo, salir a correr cinco días a la semana. Imagina qué cambio tendrías hoy en tu cuerpo. Tendrías unas piernas más fuertes y torneadas. Una mejor postura. Unos kilos de menos. Una figura diferente.
Imagina que hace un año te hubieras puesto a estudiar eso que siempre has querido. Quizás ya estarías trabajando con tus nuevas habilidades.
Imagina que hace un año te hubieras apuntado a ese grupo de senderismo. O hubieras abierto ese blog. O huebieras estado escribiendo ese libro día a día.
Imagina que hace un año hubieras abandonado los pensamientos pesimistas, que te impedían creer que era posible. Que hubieras sido cada día más dulce y más amable. Que hubieras hecho por conocer a más gente. Que te hubieras ido transformando.
Imagina que fuera verdad eso que el camino más lógico para llegar a tu meta se llama disciplina. Disciplina trabajando, estudiando, haciendo deporte, pero sobre todo pensando diferente.
Imagina que en lugar de tanta lágrima y excusa derramada hubiera habido valor, empuje y cambio de pensamiento.
Imagina que de momento todo el que entrara en tu vida sea la persona indicada. Cada propuesta una oportunidad. Cada salida un encuentro.
Yo hace un año que no fumo. Un año que no tengo coche. Un año que tengo un amor diferente al padre de mi hijo y comparto mi vida con él al completo, con completa honestidad. Un año que tengo conocimientos más profundos de ética, valores y psicología porque los he estudiado a más de cuatro libros semanales. Un año que en mi casa no se ve televisión. Un año que llevo a mi hijo en bicicleta al colegio. Un año en que lloro si me apetece, trabajo si me apetece, escribo si me apetece y sonrío lo que me apetece, pero me respeto. Un año que nado y mejoro mi técnica en la piscina y año y medio que corro.
Y ahora me preguntan qué hacer para cambiar su vida. Pues cambiar hoy. No el Enero. No el Lunes. Mañana, cuando te levantes escribe de verdad qué quieres que ocurra en tu vida y haz cosas. No pares de hacer cosas durante un año.
Pero cambia cosas importantes. Que duela.
- Si corres que duela
- Si estudias que duela
- Si conoces gente que duela
- Si escribes que duela
La honestidad con las que se hacen las cosas duelen. Porque hacer cosas diferentes es romper con la INERCIA de los años que haces lo mismo.
Usa la autodisciplina, aunque sea imperfecta. Aunque no sea todos los días.
Hay cosas que no te sé decir, pero te aseguro que tendrás una vida diferente y más próspera en todos los sentidos, si vacías tu vida.
- Apaga la tele para siempre y enciende la radio, spotify o nada
- Lee al menos un libro a la semana
- Haz deporte al aire libre al menos tres días a la semana, aunque truene
- Usa redes sociales una hora al día y permanece lejos de ella el resto del día
- No hables más de temas vanales con nadie. Evita conversaciones que no sean profundas.
- Conoce a gente de forma compulsiva
- Perdónate todo lo que hayas hecho ahora mismo. Dite a ti misma “me perdono” hasta que te lo creas
- Conoce tus ritmos y respétate. Si no te gusta madrugar, no madrugues. No te sientas culpable. Haz lo que quieras.
- Confía en que todo irá bien. Utiliza el mantra de confía tantas veces como sea necesario.
- Mírate con hambre de quererte cada vez que estés en el espejo. Dite frases de amor.
- Acaríciate, tócate, conoce tu templo, tu cuerpo. Cuídalo.
Habita tu cuerpo con ganas de llenarlo entero. - Desapegate de todos y de todo. Sé.
- Sé amable contigo.
Estoy sentada ahora mismo con Linux, mi gato. Echando la vista atrás de este año. Con una libreta preparada para decidir qué cambios voy a hacer y para qué.
Los que hice eran para tener un cuerpo más bonito y sano. Sí, quiero un cuerpo bonito. No quiero un cuerpo estropeado, débil y roto cada dos por tres. Quiero habitar un templo hermoso y cuidado.
Quería vivir rodeada de afecto, de amor. Recuperar mi concepto familia, aunque fuera desde un concepto diferente. Amor, amor y amor por cada molécula de mi ser.
Habitar el mundo, desde mi ser, mi yo, mi luz.
El Sábado miraba unas viejas fotos que encontré en el ordenador con Alfonso. Yo feliz de verme con veinticinco años sonriente como en fotos posteriores no he visto. Recuerdo a Lucía Etxebarria que me contaba que las fotos son un reflejo de nuestra relación. Mi reflejo pasa de ser una persona feliz y sonriente a alguien deteriorado, con veinte años más encima en apenas cinco años.
Pero yo no era la niña sonriente, ni podía serlo. Miré mis fotos del fin de semana y tampoco estaba la sonrisa que ansiaba tener. Es mi propósito aprender a reir, aunque para ello deba aun atravesar muchas sombras. Pero tomo consciencia de ello.
Escribir me ahorra meses de terapia, aunque a veces salgan escritos como estos donde queda al descubierto mi alma. A través de esto yo sano y otras sanan. Pero empiezo hoy a cambiar, no lo dejo para un año.
Hoy mi familia de dos, de tres, de cuatro, de cino o de seis, que estuvo a punto este mes de crecer. Quién sabe cómo evolucionará con elementos tractores tan poderosos.
Quiero volver a escribir cada día.
El camino para mí siempre ha sido ayudar a levantarse a los demás.
Impulsarlos al cambio, cuando otros tienen miedo.
Verlos crecer como personas.
Confiar en ellos, incluso cuando ellos no confían en sí mismos.
Y liberarlos de las cadenas que los atan para no atravesar sus sombras.
¿Dónde están tus miedos?
Atrás del muro no están los monstruos que te imaginas.
Tienes demasiado que perder porque estás apegada a cosas que tienen valor para ti, pero que no te servirán para el camino que tienes que emprender ahora mismo. Sin más.
Deja que sea hoy tu vehículo para el cambio. Yo he sido la que he llegado hoy aquí para sacudirte.
Comienza hoy tu cambio, no en Enero. Sino abandonarás como todos lo hacen.
Sé disciplinada, pero imperfecta. Déjate serlo. No uses la voz interior de tu madre “ves cómo no eres capaz de hacer lo mismo dos días seguidos”. Crea una voz interior amable.
Mímate mucho.
Sé muy blandita, sin condiciones ni miedos.
Sé guerrera. Lucha cuando hay que hacerlo. Tomas el poder sin pedir permiso.
Permite que haga alquimia en tu alma, aquí y ahora.
Tú puedes lograrlo. Te lo prometo.